San Dagoberto II de Austrasia, rey y mártir. 23 de diciembre.
Fue hijo del rey San Sigeberto III (1 de febrero) y de la reina Himnehildis. Nació en 649 y a los 4 años ya tuvo que padecer a causa de su destino. Su padre fue asesinado en 655 por su tío Clodoveo II para poner a su propio hijo, Childeberto, en el trono.
Dagoberto fue llevado por sus fieles servidores a Irlanda, donde vivió oculto en un monasterio, preparándose para retomar su trono. Entretanto se casó y tuvo varios hijos, entre ellos Santas Irmina y Adelaida (24 de diciembre).
En 673 regresó a Austrasia y fue recibido con entusiasmo por la mayoría de sus súbditos, pero el trono estaba ocupado por Childerico II. Este fue asesinado en 675 y aunque hubo presiones para que Dagoberto se ciñera la corona de Austrasia, el trono fue ocupado por Clodoveo III, el preferido del Mayordomo de Palacio. Pero Clodoveo III murió al año siguiente y Dagoberto pudo gobernar. Una vez gobernando, Dagoberto mostró ser un buen rey. Era justo, piadoso y pronto a socorrer a los pobres. Fundó varias iglesias y monasterios, entre ellos el de Tréveris, que fundó para su hija Irmina, en el edificio del Granero Real.
Tuvo que enfrentarse a Teoderico III de Neustria, quien negaba la independencia del reino de Austrasia. Aunque se hizo la paz, fue un truco y el 23 de diciembre de 679 fue sorprendido en una emboscada y asesinado por orden de su Mayordomo. Se le sepultó en el panteón familiar en Stenay, donde recibió culto como mártir.
En el siglo XX se inventó la absurda leyenda de que había tenido un hijo secreto, Sigeberto IV, quien, como toda la dinastía merovingia, era nada menos que descendiente de Cristo y Santa María Magdalena (22 de julio, 20 de marzo, traslación de las reliquias; tercer domingo de Pascua, o de las Miróforas). Sí, la "historia" recreada luego por Dan Brown.
Fuente:
Les premiers rois de France: le dynastie des Mérovingiens. IVAN GOBRY. Tallandier, 1998.
A 23 de diciembre además se celebra a
Santa Victoria de Tívoli, virgen y mártir.
San Nahúm de Ohrid, abad.
Y se canta la séptima de las Antífonas Mayores de Adviento: O Emmanuel.