Beato Guillermo de Fenol, monje cartujo. 16 de diciembre.

Nació en Monferrato, a inicios del siglo XII. Muy joven tomó la decisión de vivir como eremita las montañas del Piamonte. Vivía en una pobreza absoluta, disciplinándose, orando y trabajando para no mantenerse ocioso. Allí le tentó el demonio enviándole una mala mujer para que el santo cayera, pero el joven venció con la ayuda de Dios, las seducciones de la mujer. 

Este episodio le hizo pensar acerca de la conveniencia de la soledad, por lo cual decidió tomar el hábito en algún monasterio donde la soledad fuera acompañada por una comunidad. Por ello eligió la Cartuja, donde el solitario alterna con la comunidad solo para los actos precisos, y en silencio. Tomó el hábito en la Cartuja de Casularum, a mediados del siglo XII. En la Cartuja el Guillermo aumentó sus virtudes con la de la obediencia, esencial para la vida monástica. En breve tiempo cumplía la Regla con exactitud y sin afectación. Era caritativo con sus hermanos, elegía los trabajos más difíciles y siempre estaba presto a ayudar a los hermanos ancianos.

Su oración era elevadísima, siendo su devoción preferida la Pasión de Señor. Estando un día orando ante un Crucifijo, el Señor le crucificó en espíritu con Él, de tal modo que, en adelante, sufrió todos los dolores y aflicciones de Cristo, los cuales ofrecía constantemente por la salvación de las almas.

Guillermo murió muy anciano, sobre 1200. Fue sepultado en el exterior del monasterio, junto a la portería, pero a menos de un mes eran tantos los peregrinos que acudían a remediar sus males en la sepultura del santo religioso, que los monjes sacaron el ataúd y le sepultaron dentro del monasterio, en la clausura. Pero he aquí que, por milagro, al otro día el ataúd apareció de nuevo en el agujero de la sepultura. Otras dos veces se le llevó dentro y otras dos veces regresó a la primera sepultura, por lo cual se le dejó allí y se permitió el culto del pueblo, cosa rara entre los cartujos.

En el siglo XIII el culto ya era constante y los milagros se contaban a cientos. San Pío V (30 de abril) confirmó su culto. En el siglo XVIII se abrió el sepulcro para extraer reliquias y se halló el cuerpo incorrupto. El Beato Pío IX le beatificó en 1862, fijando su memoria a 19 de diciembre para toda la Orden Cartuja. Posteriormente sería trasladada al 16 del mismo mes.

Fuente:
"Santos y Beatos de la Cartuja". JUAN MAYO ESCUDERO. Puerto de Santa María, 2000.

A 16 de diciembre además se celebra a:
Beata María de los Ángeles, virgen carmelita.