Santos Victorio, Fusciano y Gaciano de Amiens, mártires. 11 de diciembre.

Como mismo se lee de San Quintín (31 de octubre), Victorio y Fusciano fueron parte del primer grupo misionero enviado al norte de la Galia con San Dionisio (9 de octubre). Nuestro santos predicaron en Evangelio Thérouanne, donde no lograron convertir a muchos a la fe de Cristo. También predicaron en la actual región de Picardie, donde en aquel tiempo se asentaban tribus germánicas.

En este lugar conocieron a Gaciano, un pagano que pronto se convirtió a Cristo y pidió el bautismo. Los misioneros lo catequizaron y le bautizaron, con júbilo de Gaciano. Al saberlo el Gobernador, el conocido Rictiovaro, los apresó a los tres. Gaciano fue decapitado en el acto, pero Victorio y Fusciano fueron trasladados a Amiens, donde se les juzgó, se les sometió a numerosos tormentos y finalmente entraron al cielo luego de ser decapitados sobre el año 287.

En el siglo VII San Honorato de Amiens (16 de mayo) halló las reliquias de los tres santos. Aunque otras versiones dicen que fue un presbítero llamado Lupicinio quien guiado por ángeles, cavó donde estos seres le decían y halló las reliquias. Lupicinio se puso tan contento que entonó salmos y cánticos que fueron oídos por San Honorato a más de dos millas. El santo obispo fue allí en procesión con su clero y trasladaron las reliquias solemnemente a Amiens. Al saber del hecho, el rey Childeberto quiso llevarse las reliquias de los mártires para que fueran veneradas en París, pero ocurrió que los relicarios se volvieron tan pesados que no hubo forma de moverlos. Así que no hubo más remedio que dejar a los santos en su sitio. Actualmente se veneran sus reliquias en una iglesia dedicada a su memoria en Amiens.

Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.

A 11 de diciembre además se celebra a
San Franco de Siena, religioso carmelita.