Beata Lucía "la Casta", virgen terciaria dominica. 3 de diciembre.

De esta Beata venerada por la Orden Dominica poco conocemos. Todos coinciden en su origen francés, y crónicas la hacen discípula de San Vicente Ferrer (5 de abril; 17 y 18 de noviembre en Juchitán; 13 de junio, invención de las reliquias, 29 de octubre, traslación de las reliquias, Segundo Lunes de Pascua), a quien habría conocido un día mientras el santo predicaba en una plaza. Arrebatada de amor divino, dejó todos sus bienes y tomó el hábito de penitencia de la Tercera Orden.

Cuéntase que su decisión de santidad era tan fuerte que al saber que un hombre la pretendía, le preguntó sobre que veía en ella que le hacía amarla. "Tus ojos tan hermosos" – fue la respuesta – "son los que me han robado el corazón". Y al punto, Lucía se fue a su casa, y movida de divina inspiración, tomó un cuchillo y se sacó los ojos. Quedó el hombre tan tocado por aquello, que mudó su vida y tomó el hábito dominico. Y he aquí que luego de dicha conversión, Dios restituyó los ojos a la virtuosa virgen. He escrito "movida de divina inspiración", por relatar la leyenda, pues sabemos que Dios no inspira a atentar contra su Templo, que es nuestro cuerpo. Ni siquiera porque luego vaya a deshacer lo hecho con un milagro.

En realidad, al parecer el origen de esta leyenda se halla en confundir a una Beata dominica llamada Lucía con Santa Lucía Mártir (13 de diciembre), de la cual Vicente predicó un sermón en el cual dice, como se creía erróneamente en su tiempo, que la santa de Siracusa se arrancó los ojos ante un pretendiente. Es decir, que una confusión iconográfica (Lucía Mártir con la bandeja con ojos en las manos) creó una leyenda, que a su vez provocó otra leyenda en la Orden de Predicadores.

Lucía entró a la vida eterna sobre 1420, en España, adonde había seguido a su maestro el Ferrer. Al parecer Jerez de la Frontera, España, tuvo reliquias suyas y fue muy venerada allí. Por supuesto, es abogada contra los males de la vista.

Fuentes:
-Manual de los dominicos, informe de los blasones más gloriosos de la Religión de Predicadores. FR. TOMÁS DE LA MAGDALENA. Zaragoza, 1746.
-"Sacro Diario Dominicano". P. FRANCISCO VIDAL O.P. Valencia, 1747.

A 3 de diciembre además se celebra a
Santos Lucio, rey, y Emérita, virgen.
San Casiano de Tánger, mártir.