San Esteban de Constantinopla, abad y compañeros mártires. 28 de noviembre.
Esteban nació en Constantinopla en 714, en una familia noble, que lo envió a un monasterio a estudiar. A los 16 años decidió ser monje y fue admitido en el monasterio de San Auxencio de Calcedonia, donde completó su formación teológica y patrística. Fue un monje muy disciplinado y de gran claridad de mente, buen apologeta y teólogo. En 744 los monjes le eligieron abad, y llevó al monasterio a su cima de piedad, cultura y sabiduría. A los 10 años de mandato, se retiró a la soledad de una celda estrechísima, en la que no tenía absolutamente nada, para no distraerse en la oración y la meditación.
Esteban vivió inmerso en el asunto de la veneración de las imágenes y las peleas iconoclastas. Desde tiempos del papa San Gregorio II (2 y 13 de febrero), el emperador León el Isáurico retenía el imperio oriental y se había empeñado en la herejía iconoclasta, que tomaba por idolatría el culto a las imágenes del Señor y de los santos. A tanto llegó su furor que llegó a perseguir a prelados y vírgenes, a quemar su preciosa biblioteca, reteniendo dentro a seguidores de la fe católica. Biblioteca que, además, estaba llena de iconos y libros antiguos. El papa San Gregorio III (28 de noviembre) se opuso tenazmente a esta herejía, aumentando la importancia de los iconos y mandando pintar bellas pinturas y frescos en las iglesias romanas. Instituyó la Fiesta del Divino Salvador, la Madre de Dios y Todos los Santos, construyendo además una hermosa capilla en la Basílica de San Pedro, donde juntó todos los iconos que sobrevivieron en Oriente, y a los que les rendía culto diariamente. También dispuso que se celebrase la misa sobre los sepulcros de los mártires el día de sus natalicios, como se hacía en tiempos de San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal) y había sido abolido posteriormente. Además convocó un Concilio en el que se determinó la excomunión contra todos los iconoclastas.
En 741 subió al trono imperial el hijo de León III, Constantino V (llamado "Coprónimo" porque la tradición dice que se defecó cuando le bautizaron). Este nuevo emperador fue tan iconoclasta como su padre. Para obtener apoyo a su herejía, convocó a un Concilio para el cual se aseguró que solo asistieran obispos y abades enemigos de los iconos. Sabiendo que nuestro Esteban vivía en una simple celda sin iconos, pensó que Esteban igualmente sería iconoclasta, por lo cual le invitó a dicho Concilio, esperando tener el apoyo de tan venerable abad. Pero Esteban se negó a asistir, primeramente porque era un Concilio convocado por el poder civil, cosa que le repugnaba, y segundo, porque no pensaba apoyar la iconoclastia.
La admiración y veneración que el emperador sentía por él se convirtió en odio, jurando vengarse. En aquellos días una mujer cercana al emperador llamada Ana, abandonó el mundo para encerrarse en un monasterio. Corpónimo entonces mandó se propagara el rumor de que Ana había tomado esa decisión porque había tenido relaciones con Esteban y había sido obligada a tomar el hábito por obligación, para acallar el pecado del abad. Cuando el rumor fue bien fuerte, Coprónimo mandó arrestar a Esteban y disolver el monasterio, destruyendo antes todos los santos iconos.
Dos años estuvo el santo en la cárcel, sin doblegarse a los deseos imperiales, y tomando su prisión como un tiempo de penitencia y expiación. Llegó un día en el cual el mismo emperador le visitó en la prisión y le espetó: - "¿Realmente crees que el rostro de Cristo será pisoteado si yo pisoteara un icono?" Esteban entonces pidió una moneda, en la que estaba representada la efigie del monarca, y le replicó: - "Me gustaría ver lo que harías si lanzo este pedazo de oro con tu imagen en el suelo y escupiera sobre él. ¿Os atreveríais a decir que no es un acto de maldad hacer lo mismo con la imagen del rey supremo?" Esta respuesta, dada en frente de los Consejeros del emperador, provocó que Esteban fuera condenado a muerte, en 764, teniendo 50 años.
También padeció el martirio la mencionada Ana. Junto a Esteban se celebra la memoria de otros 340 mártires por defender la iconodulía.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XIV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.
A 28 de noviembre además se celebra a
San Hortolano, bisabuelo de Cristo.
San Gregorio III, papa.