San Willehad de Bremen, obispo. 8 y 16 de noviembre (traslación de las reliquias).
Su "vita" la escribió un sucesor suyo en la sede de Bremen, San Óscar (3 de febrero y 9 de septiembre, traslación de las reliquias), y nos cuenta que Willehad nació alrededor de 745 en Northumbria. Estudió en un monasterio británico, tal vez en York, porque algunos testimonios quedan acerca de que fue amigo de San Alcuin (19 de mayo), y tal vez fue ordenado presbítero por el mismo obispo, sobre 765, siendo muy joven.
Luego de su ordenación, Willehad cruzó el continente y se estableció en Dokkum, un sitio santificado por la predicación y la sangre martirial de San Bonifacio (5 de junio). Allí hizo una gran labor predicando y bautizando a muchísimos paganos, además de animar a otros que eran cristianos cuyos antepasados habían sido convertidos por Bonifacio y sus compañeros. Luego pasó a Humarcha, cerca de Groningen, donde nuevamente llevó a muchos a creer en Cristo y a renunciar a los antiguos dioses. Esta actividad apostólica le ganó la enemistad de los que seguían siendo paganos, por predicarles sobre otro dios distinto de los suyos. El Concejo estaba dividido, unos querían ahorcarle por ofender a los dioses, y otros alegaban que Willehad no había hecho nada malo. Finalmente decidieron lanzar las suertes y que los espíritus decidieran; así lo hicieron, obteniendo como respuesta que el santo debía ser liberado y dejado en paz para predicar donde quisiera. Así lo hicieron los paganos y Willehad quedó libre.
Por si las moscas, Willehad se fue a Drente a predicar acompañado de algunos monjes presbíteros. Allí también tuvo problemas con los paganos, que no querían saber de más dioses que los suyos, sobre todo después que, todo sea dicho, uno de los colaboradores del santo destruyera un ídolo al que los paganos temían, por representar a un dios vengativo. Un día que estaban predicando, un pagano se acercó y golpeó fuertemente con una espada a Willehald en el pecho, donde el santo llevaba colgando una caja de reliquias. La espada golpeó la correa de cuero que sostenía dicha arca y se partió como si fuera mantequilla. Al ver los paganos el arma partida, creyeron que el santo realmente estaba protegido por una divinidad fortísima, por lo que oyeron sus palabras y muchos creyeron en Cristo y se bautizaron. (Sobre la importancia de las reliquias podéis leer este artículo)
En 780 Willehad pasó a predicar en Weser, Sajonia, luego que San Carlomagno (28 de enero y 29 de diciembre, traslación de las reliquias) hubiera completado la conquista de estas tierras.
Allí estuvo dos años trabajando por Cristo, fundando monasterios, iglesias y escuelas para la educación de los sajones. Y lo hizo tan bien, que en dos años ya no había paganos en aquel territorio. Pero en 782 el sajón Widukind se rebeló contra Carlomagno y retomó el paganismo como muestra de ruptura con el futuro emperador. Esto desató una persecución contra los cristianos, la destrucción de iglesias, reliquias, libros y objetos sagrados, y por supuesto, el martirio de muchos. Entre los martirizados estuvieron los compañeros de Willehad, Santos Atreban, Benjamin, Emming, Folkard y Gerwald (30 de noviembre y 27 de enero). Willehad se libró porque días antes había partido a Roma en una peregrinación.
La venganza de Carlomagno fue brutal, y a sangre y espada hizo rendirse a los sajones, luego de asesinar lo menos a 4.500 personas. En 783 los sajones perdieron definitivamente aquella guerra y tuvieron que someterse a Carlomagno. Widukind retomó la fe cristiana como religión de sus reinos y la fe católica pudo predicarse libremente La leyenda le quiere convertido por un milagro, pues habría visto a un hermoso Niño en la hostia que el celebrante elevaba al celebrar la misa en la iglesia de Wolmirstadt, pero lo cierto es que su "conversión" fue para poder mantener su poder y probablemente la vida. Y como son las cosas de la fe y la historia: hoy se le venera como San Widukind (7 de enero).
Durante todo este tiempo convulso, Willehad estuvo en Roma y en la Corte del rey Pipino. Luego se fue a Echternach, en cuya abadía se retiró tres años, junto a algunos de sus antiguos colaboradores, que habían huido de Sajonia por la persecusión y la guerra. Hecha la paz, nuestro santo pudo regresar a Sajonia, donde fue activísimo en la reconstrucción de la fe y la moral cristianas. Ordenó sacerdotes, restauró las iglesias y centros educativos destruidos.
En 787 Carlomagno organizó la celebración de la Dieta de Worms, en la cual se creó la sede de Bremen, siendo Willehad elegido para ser su primer obispo. Fue consagrado el 13 de julio de 787. El 1 de noviembre de 789 bendijo la catedral, sencilla, de madera, pero bellísima, según San Óscar. Ese mismo año, el 8 de noviembre, el santo obispo falleció a causa de una repentina enfermedad mientras hacía una visita pastoral en Blexem. Fue sepultado en su iglesia querida, que ni siquiera disfrutó. Le sucedió San Willerik (4 de mayo). El 16 de noviembre de 860 San Óscar trasladó sus reliquias a la nueva catedral, esta de piedra, donde se veneraron hasta 1564, cuando los herejes profanaron la iglesia y las reliquias, que se perdieron para siempre.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XIII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 8 de noviembre además se celebra a