Santoral hoy: 1 de agosto. San Pedro "ad Vincula".
Esta festividad alude a la prisión de San Pedro en Roma, no su liberación de la cárcel que se lee en Hch 12, como suele pensarse. La leyenda, muy tardía, dice que el papa San Alejandro I (3 de mayo), fue encarcelado junto al prefecto San Hermes (28 de agosto), al que Alejandro había ganado para la fe. El tribuno San Quirino (30 de marzo), no entendía como se podía haber convertido Hermes y haber dejado todo para ganar la cárcel y la probable muerte, y le visitó en la cárcel, para intentar convencerlo. Viendo que no era posible, le pidió una prueba de la verdad del cristianismo, y para ello, separó a ambos presos, y les dijo que si los hallaba juntos de nuevo, creería en la fe cristiana. Así lo hizo, e instantáneamente, un ángel apareció junto a Alejandro y lo llevó a la celda de Hermes.
Quirino se convirtió y le pidió a Alejandro que sanase a su hija, Santa Balbina (31 de marzo), enferma de la garganta. Alejandro le pidió la trajese a su presencia. Así hizo, y al regresar, Balbina se postró y besó los pies de Alejandro, que le dijo: "no debes besar mis cadenas, sino aquellas con que San Pedro fue encadenado". Las buscaron y hallaron (supongo que besaría la santa cuanta cadena había en la cárcel hasta ser curada), y entonces Quirino liberó a Alejandro, y fue bautizado junto a toda su familia. Finalmente también fue mártir junto a su hija. San Alejandro, en memoria de este milagro, conservó las cadenas, instituyó la festividad de "San Pedro Ad Víncula" el 1 de agosto y mandó a construir una iglesia sobre el monte Esquilino.
Pero en realidad esta festividad es la conmemoración de la Dedicación de una iglesia muy posterior, que ayudó a construir la emperatriz Eudoxia en Roma para resguardar las cadenas que el apóstol San Pedro había llevado en la cárcel Mamertina, en Roma. Dicha basílica se construyó a mediados del siglo V, a partir de una villa imperial, de la que tal vez formaran parte las 20 columnas que delimitan la nave central. Leyendas tardías añadieron que la iglesia se levantó sobre el mismo lugar de la condena a muerte de San Pedro y que había sido sitio de culto desde el siglo II (la leyenda de Alejandro y Quirino), hasta ser oficial cuando Eudoxia levantó la basílica, pero lo cierto es que solo se han hallado restos de dicha villa, no de otra iglesia. La basílica fue restaurada por los papas Adriano I, Sixto IV y Julio II. Por su origen, puede pasar desapercibida, pues no tiene la típica apariencia exterior de iglesia. En ella se halla el famoso Moisés de Miguel Ángel, y por ello recibe numerosas visitas. Algo decepcionante son las imitaciones de mármol que se ven en las paredes, de tercera categoría.
La devoción de los fieles hizo que se creyera que junto a las cadenas de Roma, estaban las que el apóstol había llevado primero, en Jerusalén. La leyenda, del siglo VII, decía que estas cadenas le habían sido entregadas a Eudoxia por el patriarca de Jerusalén, San Juvenal (17 de junio), en 429. Una parte la dejó en Jerusalén y otra la regaló a su hija, también llamada Eudoxia. Cuando Eudoxia, la hija, enseñó la reliquia al papa San Sixto III (18 de agosto), este las tocó a las conservadas en Roma y ¡milagro! ambas unieron los eslabones, para formar una sola, ante lo cual, Eudoxia no osó reclamar su parte. En el siglo XIII esta versión de la leyenda ya es lo suficientemente conocida, como para que la Vorágine la defienda y embellezca aún más en su “Leyenda Áurea”. Era costumbre antigua, sacar limaduras de estas cadenas y repartirlas como reliquias, o insertarlas en llaves que el papa entregaba como regalo, a obispos destacados en la fe. Como la famosa llave de San Servacio (13 de mayo), cuya leyenda dice que le fue dada por el mismo San Pedro.
Alban Butler pone como origen de esta festividad en Inglaterra, el "loafmass", una festividad en la que a inicios de agosto, se daban gracias por las cosechas, haciendo un pan con trigo recién recogido que era llevado a la iglesia y bendecido. El misal de San Gregorio (3 de septiembre y 1 de marzo), sin embargo, recoge esta acción de gracias el 6 de agosto. Como nota curiosa, añado que en el altar de las cadenas están las supuestas reliquias de los Santos Macabeos, cuya memoria se celebra también a 1 de agosto, indudablemente, por la dedicación del altar. Y, para terminar, en esta festividad de San Pedro Encadenado, las tradiciones mercedarias cuentan que la Virgen de la Merced (24 de septiembre) se apareció a San Pedro Nolasco (6 de mayo) para animarle a fundar una Orden para la redención de cautivos.
A 1 de agosto además se celebra a
Beato Juan de Jerusalén, obispo carmelita.
San Alfonso María de Liguori, obispo fundador.