San Comgall, abad. 10 de mayo.
Comgall, cuyo nombre significa "buena promesa", nació en el Ulster, sobre 516. Sus padres, descendientes de la distinguida familia real de Dalriadha, se llamaron Sedna y Briga. Siendo muy joven profesó la vida monástica y desde el principio demostró quien sería: su abad era un hombre mundano y de moral muy relajada. Comgall tomó una noche el hábito de su abad, lo arrojó al estiércol de las ovejas y lo pisoteó. Cuando el abad, infignado, le preguntó por qué lo había hecho, Comgall respondió "¿Por qué te importa tu vestido, cuando tu alma está más manchada aún que eso?", y el abad quedó avergonzado y enmendó su vida. Pero aun así, Comgall decidió abandonar a tan mal pastor y se fue a Glasnevin, donde se formó bajo la tutoría de San Mobhi (12 de octubre), junto a sus amigos San Kieran de Clonmagnoise (9 de septiembre) y San Kenneth de Kilkenny (11 de octubre). Luego se fue al monasterio de Clonenagh, que estaba bajo la dirección del santo y joven abad San Fintan (17 de febrero).
Luego de unos años, cuando ya estaba entrenado en la vida monástica, Comgall regresó a su tierra a fundar su propio monasterio. Primero pasó por el célebre monasterio de Clonmacnois, donde fue ordenado presbítero. En Ulster se fue a la isla Lough Erne, donde con algunos discípulos comenzó una vida ascética tan austera que el obispo hubo de decirle que por caridad, la templara al menos para sus discípulos. Así lo hizo Comgall, aunque dejó para sí todas las prácticas penitenciales. Cuando eran muchos monjes, en 559 el santo abad decidió fundar el monasterio de Bangor, que igualmente sería un recinto famoso en santos y para el que escribió una Regla. Cuéntase que en tiempo de escasez, los monjes estaban necesitados de comida y Comgall fue a ver al noble local, llamado Croadh, que tenía sus graneros llenos. La madre de Croadh se llamaba Luch, que en gaélico antiguo significa ratón. Comgall le llevó una copa de plata que le habían donado y dijo a Croad: "Dame a mí ya mis monjes de tu grano, y yo te daré esta copa". Pero Croadh le respondió burlándose, "No, guarda tu plata, que yo guardaré mi grano. Tus miserables no lo devorarán, pues lo quiero todo para mi vieja ratona", aludiendo a su madre. Comgall le replicó "Como has dicho, así será", y se fue al monasterio. Entonces una legión de ratones invadió el granero de Croadh y devoró todo su maíz.
Pero tiempos mejores vinieron, sobre todo para el monasterio de Bangor, que se hizo tan célebre y el número de discípulos que acudía era tan grande que se hizo necesario multiplicarlo en varios monasterios y celdas. Se convirtió en una enorme ciudad monástica en la que llegó a haber hasta 3000 monjes. De entre tantos discípulos florecieron muchos santos aún pasados los siglos, entre ellos los célebres apóstoles San Columbano (23 de noviembre) y San Gall (16 de octubre), el abad San Deiniol (11 de septiembre), San Deiniol "el joven" (22 de noviembre) o San Beuno (21 de abril). También fundó Comgall, en 566, un monasterio en Heth, Gran Bretaña, mientras visitaba a San Columbano acompañado de San Brendan (16 de mayo). También influyó en la conversión de los pictos del Norte.
Algunas otras leyendas se cuentan de nuestro santo. Como que estando visitándole San Columba de Iona (9 de junio), mientras estaban cenando en uno de los refectorios, Columba le señaló un asiento vacío y tiznado, preguntando de quien era. "Del cocinero" - respondió Comgall. "Pues está el demonio sentado en él". "Verás cómo salga y cocinero y vea a alguien en su asiento" - rió Comgall. Y en ese momento salió el monje de la cocina, y viendo al diablo sentado allí le gritó "Maldito diablo, ¿qué estás haciendo aquí?" y agarrándolo del cuello lo lanzó al mar. Otra leyenda narra que un mendigo una vez importunó al santo, entonces Comgall escupió en su mano, y la saliva se convirtió instantáneamente en un anillo de oro. Otra vez conoció a un rey muy duro de corazón, al que ninguna exhortación podía ablandar. Entonces Comgall, para mostrarle lo duro que era, escupió a una gran piedra y esta se dividió en cuatro. Entonces el rey estalló en lágrimas de arrepentimiento penitencia. Y una cuarta dice que estando junto a algunos monjes caminando junto a un lago, vieron cisnes en el centro "Oh, padre, ¿podemos acariciar a los cisnes?" – preguntaron los monjes, a lo que él les dio permiso para ello. Los monjes entonces buscaron algunos trozos de pan para atraer a los animales, pero no los hallaron. Viendo Comgall su tristeza por no tener aquella inocente distracción, metió su mano en el agua y los cisnes inmediatamente se acercaron a la orilla, dejándose acariciar sus plumas blancas.
Otra leyenda narra que, pasando Comgall por un bancal de juncos junto a un monje, vio un resplandor saliendo de estos y unos ángeles que custodiaban el sitio. Envió Comgall al monje a ver que era aquello y este, dando una patada en los juncos, vio un bebé en medio, lo levantó y lo puso en su axila. Al volver, contó lo visto y enseñó al niño, a lo que Comgall dijo: "Mi-lua (patada), hijo de ocha (axila); este será su nombre". El santo abad le tomó bajo su protección, profetizando que estaba llamado a pastorear rebaños más grandes, y encaminarlos al cielo, profetizando que sería, como él mismo, fundador de monasterios. Hoy le veneramos como San Molua de Conflert (4 de agosto).
Comgall falleció el 10 de mayo de 601, después de haber recibido el santo viático de manos de San Fiachra (3 de septiembre). Le sucedió en el gobierno del monasterio, San Fionnchu (28 de noviembre).
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo IV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 10 de mayo además se celebra a
San Job, Patriarca.
San Calepodio y compañeros mártires.