La Aparición de San Miguel Arcángel en Roma. 25 de abril.
San Gregorio de Tours (17 de noviembre) cuenta que en 590 una terrible peste asolaba Roma y alrededores. El nuevo papa, San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre, elección papal) ordenó que para implorar misericordia a Dios, todos los clérigos, religiosas y seglares de Roma elevasen súplicas incesantes al Altísimo. Así, distribuyó a los fieles según las diaconías o distritos romanos: el papa, sus presbíteros y diáconos en la iglesia de Santos Cosme y Damián, los monjes en la iglesia de Santos Gervasio y Protasio, y las monjas en la basílica de Santos Marcelino y Pedro. Los niños fueron situados en la iglesia de los santos mártires Juan y Pablo, las viudas se congregaron en la iglesia de Santa Eufemia y los casados en la basílica de San Clemente. Cada grupo estaría acompañado por los presbíteros de cada distrito, que entonarían los salmos penitenciales. Así, turnándose y sin cesar, estos grupos orarían y harían ayuno durante tres días. Al cabo, todos irían en procesión penitencial hasta la Basílica de Santa María la Mayor, para implorar el auxilio de la Madre de Dios, tan efectivo siempre. Podéis imaginaros que impresionante liturgia sería esta. Pasaron los tres días, cuando el día 25 de abril, a las tres de la tarde, cada sección salió de su recinto llorando y demandando piedad a lo alto, cuando al tomar el puente sobre el río Tíber, se vio aparecer sobre el mausoleo de Adriano al ángel Miguel, con una espada de fuego en alto. El ángel, con gesto solemne, envainó la espada, dando a entender que la plaga cesaba por la súplica confiada del pueblo.
El 29 de septiembre 610 el papa Bonifacio IV consagró definitivamente aquel sitio dedicándolo a San Miguel, llamándose desde entonces y hasta hoy "Castel Sant'Angelo". Ese día con el tiempo, sería la fiesta de San Miguel Arcángel. En el museo del Capitolio puede verse una piedra con una huella que, supuestamente, sería la del santo arcángel. Todo lo recoge, como dije, Gregorio Turolense, que dice haberlo escuchado de la misma boca de un diácono romano que estuvo allí presente en el milagro.
Otras apariciones famosas de San Miguel: en Monte Gargano (8 de mayo), en Honaz (6 de septiembre), en Colosas (19 de septiembre), en Tlaxcala, México (25 de abril), en Mont Saint-Michel, Francia (16 de octubre) y en Aralar, España.
A 25 de abril además se celebra a
San Ermin de Lobbes, ermitaño.
Santa Franca de Visalta, abadesa cisterciense.