San Armel de Plouarzel, fundador y abad. 16 de agosto.
Armel nació en Pen-Ohen en 482, en una noble familia de Gales. Se educó en un monasterio, como era costumbre para los niños nobles en la época. De este tiempo se cuenta una leyenda: un compañero estaba muy enfermo y no podía acudir a la oración ni las lecciones. Armel, que era muy aplicado y piadoso, le cubrió con su propio manto por la noche y a la mañana siguiente el otro niño estaba sano completamente.
Fue discípulo de San Pol de Léon (12 de marzo y tercer domingo de julio) junto a San Guirec (17 de febrero), San Maudez (18 de noviembre), y San Tudgual (30 de noviembre).
Cuando llegó la edad de salir del monasterio, prefirió tomar el hábito y ser ordenado presbítero. Una vez sacerdote, junto a algunos compañeros cruzó a Armórica (actual Bretaña) y se establecieron en un lugar solitario, hoy conocido como Plouarzel. Aquí estuvo varios años hasta dejar estable la comunidad. Luego, junto a seis monjes bajó más al sur y se estableció en la península de Quiberon, donde hoy hay una ciudad, Plouharnel, que lleva su nombre. Pero lo suyo no era la estabilidad, por lo cual, una vez este segundo monasterio ya era sólido, se fue a Morbihan, condado de Vannes, donde comenzó vida eremítica. Allí le conoció el rey Childebert, quien motivado por lo que se decía de las virudes del santo, le llamó a la corte, que estaba en Vannes. Siete años permaneció el santo allí, edificando a los cortesanos, predicando, convirtiendo y sanando a muchos con sus milagros. Al cabo, fue “libre” y volvió a la vida eremítica.
Regresó el santo entonces a Bretaña, y durante el viaje hizo brotar muchas fuentes milagrosas (algunas de ellas aún se muestran), sanó a muchos poseídos y enfermos, solo con trazar la señal de la cruz sobre ellos. En ese viaje el rey Judwal, vasallo de Childebert, le dio un terreno en Boschaux, al sur de Rennes, para que fundase monasterio. Hoy allí existe la ciudad de St-Armel-des-Boschaux. Allí, cuenta la tradición ocurrió el portento del dragón: había una terrible fiera que asolaba la región. Entonces Armel tomó su estola, lo exorcizó, lo ató con el ornamento y lo condujo a la montaña, desde donde le hizo arrojarse al río. Este poder “amansafieras” de la estola también se lee de San Marcelo de París (1 y 3 de noviembre), San Méen de Rennes (21 de junio y primer domingo de julio), San Emer (27 de enero y 4 de junio, invención de las reliquias), y San Pol de Léon.
Luego pasó el santo al bosque de Brocéliande donde fundó un nuevo monasterio, que daría pie a otra aldea y actual ciudad.
Armel entró al cielo en Boschaux, el 16 de agosto de 552, teniendo 70 años. Su sepulcro fue veneradísimo durante siglos y aún le veneran los devotos. Se le invoca contra la sequía, las enfermedades de los animales, y las erupciones cutáneas y las úlceras. Desde el siglo XV pasó a ser patrono de los marinos ingleses, luego que el rey Enrique VII de Inglaterra le invocara para no perecer en un naufragio frente a las costas de Bretaña, comenzando a propagar su devoción en acción de gracias.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
A 16 de agosto además se celebra a:
San Roque de Montpellier, terciario franciscano.
Santa Triaise de Poitiers, virgen.
San Teodoro de Octodorum, obispo.