San Isidoro de Zaragoza, obispo y mártir. 2 de enero.

Nació Isidoro en Sevilla, de padres ilustres, en el siglo V. Desde niño se inclinó por el estudio de las ciencias y la medicina, siendo uno de los más importantes sabios de su tiempo. Eso según su leyenda, que intenta de alguna manera compararle con el gran San Isidoro (4 y 26 de abril). También nos cuenta su leyenda que fue elegido por el clero y el pueblo como obispo de Zaragoza, para sustituir a Valerio III. El problema está en que nunca hubo un Valerio III, ni un Isidoro como obispo de dicha sede.

Pero sigamos con la leyenda, según esta, Isidoro fue obispo vigilantísimo de su rebaño. Fue solícito con el culto, la reforma de costumbres y la disciplina eclesiástica. Por ello fue uno de los prelados que apoyó a Ascanio, arzobispo de la primada Tarragona contra el obispo Silvano de Calahorra, que ordenó obispos y creó una diócesis sin el permiso del papa San Hilario (29 de febrero). Ascanio escribió al papa, ciertamente, pero en este asunto no aparece ningún Isidoro. Se nos cuenta también que Isidoro el arrianismo había penetrado Galicia por los suevos y su rey Ramismundo, y allá fue a defender la fe católica en la capital de Ourense, llamada antiguamente Anfiloquia (este es detalle importante). Allí predicó, convirtiendo a muchos arrianos, explicándoles la verdad de fe que es la Santísima Trinidad. Pero, sin embargo, aunque muchos herejes se convertían, los principales se veían vencidos y por ello planearon la muerte del santo. Así que la noche del 2 de enero de 466 le prendieron y degollándole, le arrojaron al río Miño. De allí le sacaron los católicos y le sepultaron a la orilla del mismo río. En 504 le desenterraron y lo llevaron a Ibiza, donde se veneran sus reliquias.

En realidad, en el origen de todo hay un error de escritura: Sí que consta un obispo mártir llamado Isidoro, pero en Antioquía de Siria. En algún momento "Antioquía" se transcribió como "Anfiloquia", lo que dio a pensar que la ciudad del martirio había sido la española y actual Ourense. De ahí a dar una “vita” semejante al gran Isidoro español no hubo más que un paso. Para colmo, en el siglo XVII, el "historiador" y gran falsificador de vitas de santos, vergüenza de los hagiógrafos, el presbítero Tamayo Salazar la publicó y la hizo más conocida.

Fuente:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año: Enero". R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1862.

A 2 de enero además se celebra a Santa Eufrosina, virgen carmelita.