San Demet de Plozévet, ermitaño. 1 de enero.
Su leyenda, con visos medievales, anterior sin duda al siglo X, nos dice que los santos hermanos San Demet y Santa Edwette (15 de abril), vivieron en el siglo IV y eran naturales de Gales. Ambos viajaban en un barco que padeció un naufragio del que solo sobrevivieron los hermanos. Salvados, llegaron a las costas bretonas, en Plozevet, donde erigen una ermita para agradecer a Dios su salvación y dedicarse a la vida eremítica. Recibida una revelación, ambos decidieron separarse para iniciar su nueva vida. Edwette se metió en una artesa o pila de granito, y fue a parar al sitio que hoy se llama puerto Sainte Edwette, donde sería martirizada.
Demet, por su parte, se convirtió en ermitaño en la costa de Plezet. Algunos le incluyen entre los primitivos evangelizadores de Bretaña. No es mucho más lo que se sepa de él, pues sus reliquias desaparecieron y su culto es escaso.
A 1 de enero además se celebra a San Concordio, presbítero y mártir.