San Judol de Landevennec, abad y mártir. 18 de diciembre.

Vivió en Bretaña a finales del siglo V y muy joven entró al monasterio de Landevennec, de donde fue elegido abad. En estos tiempo el paganismo aún campeaba por sus anchas entre los fieros bretones, y muchos se resistían a convertirse a Cristo. Los monasterios eran focos de fe, cultura y caridad que poco a poco iban sembrando el Evangelio entre los fieles. Su lejanía de las ciudades les acercaba a las gentes rudas del campo, que a cuenta gotas se convertía.

Estando de visita en el monasterio de Cornualles, y presente en una de las catequesis que allí se celebraban, ocurrió que Faou, señor de las tierras cercanas al monasterio, se lanzó en tromba con una escuadra de caballería contra la iglesia donde estaban reunidos los monjes y muchos fieles. Subió al altar, donde el abad San Tadec (2 de diciembre) recién comenzaba la misa y decía las primeras palabras del “Confiteor”, siendo martirizado. El pueblo huyó, pero los monjes que estaban en el coro fueron todos masacrados, y nuestro santo logró salir corriendo pero Faou le persiguió e igualmente le dio muerte.

La leyenda cuenta que al poco tiempo de este crimen, un monstruo terrible hizo presencia en la región, asolando los campos y matando a las personas. Todos, incluso Faoud lo vieron como un castigo del verdadero Dios por asesinar a sus siervos. Entonces llamaron a San Pol de Léon (12 de marzo, 13 de marzo, Todos sus Santos Compañeros, y tercer domingo de julio, en Léon) el cual ahuyentó a la bestia (no hay que confundir esta leyenda con la del dragón que dominó en la isla de Batz). Cuando el pueblo vio esto, todos se convirtieron a Cristo, incluido Faou, que donó tierras para la fundación de la abadía de Daoulas. Una vez más se demostró que "sanguinis martyrum, semen christianorum".
 

Fuente:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.

A 18 de diciembre además se celebra a San Winibald de Heidemheim, abad.