Beato Tomás Hélye, presbítero. 19 de octubre.
Nació sobre 1187 en Bibille, Normandía, y desde niño fue piadoso y caritativo. Estudió lo suficiente para comenzar una obra caritativa de enseñanza gratuita a los niños pobres. Pronto otras ciudades quisieron que diera clases en sus iglesias.
Llegó la noticia de su persona al obispo de Cherbourg, que le llamó, le interrogó y viendo sus virtudes, recta intención y saber, le propuso ordenarse presbítero. Tomás se negó en principio, pero luego de hacer oración unos días, aceptó. Fue ordenado diácono y continuó sus estudios. Peregrinó a Roma, visitando las tumbas de los apóstoles. Y luego fue andando hasta Santiago de Compostela. Una vez terminado su itinerario espiritual, volvió a París en cuya Universidad culminó los estudios teológicos. Recibió la ordenación sacerdotal y se dedicó a las misiones populares sobre todo en Coutances, Bayeux y Lisieux.
En 1250 entró a ser capellán de la corte de San Luis Rey de Francia (25 de agosto), aunque se negó a vivir en palacios y corte. Solo le consoló la vida penitente y sencilla que el mismo rey Luis IX vivía. Pero él deseaba más aún, así que pidió volver a la sencillez de los pueblos pequeños. Se fue a la parroquia de Saint-Maurice, en su tierra natal, donde vivió unos pocos años más como sacerdote. Cuando enfermó gravemente, fue llevado para asistirle en el castillo de Vauville, donde falleció santamente el 19 de octubre de 1257. Le enterraron en su pueblo, donde pronto tuvo devotos y siguió haciendo su labor sacerdotal, ahora desde el cielo, convirtiendo y consolando a los fieles.
Durante la Revolución Francesa, la iglesia de Bibille fue saqueada por los revolucionarios, que tomaron su sepulcro como una mesa de trabajo. Uno de los revolucionarios, apenado con la situación ayudó a unos católicos fieles a que se llevaran el cuerpo, fingiendo que dormía. Los devotos o escondieron en Virandeville, mientras que al revolucionario le castigaban por ello. Al fin de la persecución religiosa, las reliquias volvieron triunfalmente a Biville, donde se veneran. En 1859 el papa Beato Pío IX (7 de febrero) confirmó su culto, beatificándole.
A 19 de octubre además se celebra a San Verand de Cavaillon, obispo.