San Dulcidio, obispo. 17 de octubre.
Provenía de una raza de galos del sur de la actual Francia y muy joven dejó el mundo para consagrarse a Dios a las órdenes de San Febadio de Agen (25 de abril), de quien fue su primer diácono, pues este obispo le ordenó, encargándole el ministerio de la predicación. En 392 sucedió a su obispo frente a la sede episcopal.
Sobre su labor pastoral, el acontecimiento más relevante fue la invención y traslación de las reliquias de los mártires de Agen, Santa Fe (6 de octubre) y San Caprasio (20 de octubre). Las sacó del sitio donde la tradición ponía que habían sido sepultadas y las metió en hermosos relicarios que trasladó a una iglesia dedicada a la Madre de Dios, pero que luego tomaría el título de Santa Fe. Tuvo que enfrentarse a los vándalos, que asolaban la Galia desde Los Alpes hacia el interior. Era gente cruel y arriana, que no se detenía ante nada, pero según la leyenda, Dulcidio les salió al paso y por medio de su predicación y algunos milagros (como desatar y luego calmar una tormenta) logró que los vándalos no asolaran Agen. Asimismo también salvó a la ciudad de la peste, y en otra ocasión de una epidemia de "fuego de San Antón".
Murió el santo obispo hacia 450. Sus reliquias actualmente se veneran en Chamberet, Toul, en una bella arqueta románica de oro, plata y esmaltes. Un brazo volvió a Agen en 1624, y se venera en un bello relicario. Se le invoca contra la fiebre y las dolencias estomacales.
Fuente:
-"Histoire religieuse et monumentale du diocèse d'Agen". Tomo I. R.P JOSEPH BARRÈRE. Agen, 1856.
A 17 de octubre además se celebra a Las Santas Doncellas de Tolosa, vírgenes.