San Julián de Brioude, soldado mártir. 28 de agosto.
Si bien la leyenda de San Julián es tardía y sin trazas de fiabilidad, su culto es antiguo y está atestiguado por el martirologio pseudo-jeronimano, que sitúa su martirio en la Auvernia, imperando Diocleciano.
Según su leyenda, Julián natural de Vienne, y era un valeroso soldado bajo el mando de San Ferreol (18 de septiembre), quien ante la persecución que se avecinaba, le animó a que huyese. La leyenda dorada de Santiago La Vorágine (13 de agosto) cuenta que no fue por huir, sino por poder padecer martirio con más gloria al ser mártir en un sitio donde no fuera conocido, además de para no dejarse convencer de sus padres. Pero eso se lo inventa el escritor porque le parece que por irse el santo tiene menos mérito. Ya sabemos cómo era La Vorágine. En fin, que Julián se fue a la región de Auvernia, en Begge, donde se alojó en la casa de una viuda. Se celebraba allí grandes festejos en honor a un ídolo al cual todos sacrificaban y le hacían ofrendas de bailes y cantos. Sabiendo los lugareños que había un extranjero que no había ido a ofrecer culto con ellos, fueron a buscarle a casa de la viuda para que sacrificara y no ofendiera al dios. Se presentó Julián y les dijo: "Yo soy quien buscáis; haced lo que os manden vuestros príncipes, que no quiero tanto esta miserable vida, para que me estorbe desear trocarla por aquella en la que pueda gozar de la dulce presencia de mi Señor Jesucristo". Apenas oyeron el nombre de Cristo los paganos, lo arrastraron fuera y le cortaron la cabeza. Su martirio habría ocurrido entre 298 y 303.
Algunos cristianos ancianos que había entre los paganos, sepultaron el cuerpo con gran de reverencia. Y Dios obró el primer portento por medio de su mártir: los ancianos se volvieron fuertes y vigorosos como jóvenes, durando muchos años más. La Leyenda Áurea dice que fueron los verdugos los que llevaron la cabeza de Julián a Ferreol y le dijeron: "Esto haremos contigo si no sacrificas a nuestros dioses", y como Ferreol se negó, le martirizaron y le sepultaron con la cabeza de Julián en las manos.
En 431 San Mamerto de Vienne (11 de mayo) halló las reliquias de Ferreol y Julián, pero no falta la versión que dice que fue San Germán de Auxerre (31 de julio). Ambas versiones sí que coinciden en que la cabeza de Julián y el cuerpo de Ferreol estaban incorruptos, como acabados de enterrar. En el sitio del martirio de Julián se levantó un santuario, en cuya milagrosa fuente se sucedieron milagros durante siglos. Ciegos, cojos, sordos, endemoniados, etc., hallaban consuelo venerando sus reliquias. Su culto se extendió por Francia, España, Alemania y en ocasiones se funde con San Julián Hospitalario (29 de enero y 12 de febrero).
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo IX. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Diccionario de los Santos" C. LEONARDI, A. RICCARDI Y G. ZIARRI. Ed. San Pablo. Madrid, 2000.
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Agosto. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1863.
A 28 de agosto además se celebra a San Vivien de Saintes, obispo.