Santos Elías, Jeremías, Isaías, Samuel, Daniel y compañeros mártires. 1 de junio y 16 de febrero.
En los años 302 y 303, imperando Diocleciano y Maximiano, se firmaron edictos persecutorios y en todo Egipto padecieron miles de cristianos. En 304 Maximiano arreció la persecución por medio de gobernadores y prefectos aduladores y violentos con los cristianos. A Palestina envió a Urbano, el cual desde que llegó oyó hablar del presbítero San Pánfilo (16 de febrero y 1 de junio), del que pueden leer en este artículo.
Al poco tiempo de la prisión de Pánfilo, pasaron por la ciudad cinco cristianos naturales de Egipto, llamados Elías, Jeremías, Isaías, Samuel y Daniel, que regresaban de Cilicia, en cuyas minas habían cumplido ya condena por ser cristianos. Entraron en la ciudad y al ser interrogados y declararse cristianos fueron encarcelados, donde se alegraron de hallar a Pánfilo, al que ya conocían de oídas. Al día siguiente mandó el bogernador Firmiliano (había sustituido a Urbano) que trajeran a los cinco a su presencia. Al preguntarles sus nombres y su patria, a lo que el más joven de ellos respondió: "Todos somos cristianos, y no tenemos otra patria que la Jerusalén celestial, a la que esperamos arribar pronto por medio del martirio". Aturdido el gobernador con esta respuesta y mandó que a los cinco les quitasen la vida, siendo decapitados.
Tenía Firmiliano un viejo esclavo muy querido llamado Teódulo, al que quería más que algunos familiares, y resulta que se había convertido a la fe de Cristo. Habiéndolo confesado, fue llevado ante su amo, el cual de la tristeza pasó a la cólera y le condenó a ser crucificado "como ese Cristo al que dices adorar". Una vez que expiró, mandó Firmiliano traer a su presencia a Pánfilo junto a Valente, diácono, y a Pablo, un cristiano casado muy virtuoso, que llevaban tiempo presos con Pánfilo. Enterándose Firmiliano que Urbano había fracasado intentando comprarles y atormentándoles, mandó que sin más, fueran decapitados. Apenas fue cumplida la sentencia, se presentó al tribunal el joven Julián, de virtud probada y celo conocido. Al ver los cuerpos de sus hermanos, se abrazó a ellos, besando sus heridas. Le llevaron los soldados ante Firmiliano, que mandó también fuera quemado vivo a fuego lento.
Los doce mártires alcanzaron la gloria a 16 de febrero de 309. Los santos cuerpos estuvieron expuestos cuatro días y cuatro noches por orden del gobernador, que buscaba que las fieras los devoraran, pero ninguna se acercó a tan preciadas reliquias. Viendo semejante cosa, el mismo Firmiliano, cansado de aquello, dio libertad para que se los llevara quien quisiera y los enterrara, como así hicieron los cristianos. Baronio los introdujo en el Martirologio Romano a 1 de junio, a saber por qué.
Fuente:
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los días del año". Junio. R.P. JUAN CROISSET. S.J. Barcelona, 1862.
A 1 de junio además se celebra a San Ronan de Bretaña, "el licántropo".