Santos Calepodio, presbítero, y compañeros mártires. 10 de mayo.
Según sus Actas, a mediados del siglo III vivía en Roma el presbítero Calepodio, reinando el papa San Calixto (14 de octubre) e imperando Alejandro Severo. En 222 se incendió el templo de Júpiter Capitolino, y con tan virulencia, que la mano derecha del ídolo se derritió completamente. Alejandro consultó a los adivinos, que resolvieron que aquel desastre era un castigo del dios por la presencia de los "ateos" cristianos en Roma. La respuesta del emperador fue apresar a los cristianos. Envió a su cónsul, Palmacio, a las catacumbas donde los cristianos se escondían y allí arrestaron a Calepodio. A los pocos días, visitó Palmacio a una virgen romana, considerada un oráculo por los habitantes de la ciudad, y estando con ella, el demonio que la poseía se vio conminado a clamar que el único Dios verdadero era el de los cristianos.
Palmacio, admirado, visitó al papa Calixto y luego de informarse de la fe cristiana, pidió ser bautizado. Calixto le bautizó y además de nuevo cristiano, Palmacio se convirtió en apóstol, pues convirtió a un senador llamado Simplicio, a un amigo llamado Félix y a la esposa de este, Blanda, que igualmente fueron bautizados por Calixto. Una vez que confesaron su fe, Palmacio y toda su familia y esclavos (40 personas), Simplicio y 68 personas de su familia, y Félix y Blanda, fueron encerrados con Calepodio. Les sometieron a promesas y tormentos, pero ni unas ni otros pudieron doblegar a ninguno. Finalmente fueron decapitados a las afueras de Roma. Las cabezas de todos fueron colocadas en público para escarmiento de los cristianos. El cuerpo de Calepodio, además, fue arrastrado por la ciudad y lanzado al Tíber, pero se enredó en las redes de unos pescadores, que lo rescataron y entregaron al papa Calixto, que lo enterró solemnemente en las catacumbas.
Y esto último es lo único que podemos tener como cierto: la "depositio" de Calepodio en unas catacumbas de la Via Aurelia y que luego tomarían su nombre. Sus reliquias fueron trasladadas por Gregorio IV a la basílica de Santa María in Trastevere, junto con los de San Cornelio (16 de septiembre) y San Calixto. La "passio" es toda una recreación posterior al siglo VIII. Los Bollandistas, Butler y otros, las consideran falsificaciones, redactadas solo para dar una “vita” a quien habría dado nombre a las catacumbas mencionadas y que realmente debió ser un cristiano prominente.
La fecha de 222 es una invención, pues Alejandro en esa fecha era aún un emperador niño y no habría perseguido a nadie, incluso las persecuciones que hubo fueron por causa de su regente, Ulpiano, y no por orden de Alejandro. Tampoco tuvo Alejandro ningún cónsul de nombre Palmacio, y de hecho este nombre no consta entre los cónsules de Roma. Ni siquiera consta en crónica alguna el supuesto incendio del templo de Júpiter. Y para mas inri, la fórmula bautismal con la que Calixto habría bautizado a los mencionados, no es anterior a la reforma litúrgica de San Gregorio Magno (12 de marzo y 3 de septiembre), que data del siglo VI.
Los hagiógrafos concluyen que se ha agrupado a diversos mártires, tal vez sepultados por Calepodio en las catacumbas que podrían ser de su propiedad y donde él mismo sería enterrado posteriormente, y por error identificado como mártir. No sería el único caso, no hay que olvidar que en las catacumbas no solo se enterraban mártires. Sobre el tema de catacumbas, podéis leer este artículo.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo V. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.