San Beuno de Gales, abad y misionero. 21 de abril.
Vivió Beuno en el siglo VII, y nació en Berriew, Herefordshire. La leyenda, del siglo XIV y muy tardía, le hace nieto de un príncipe descendiente de Vortigern, rey de Gran Bretaña. Se educó y tomó los hábitos en el célebre monasterio de Bangor, fundado por San Deiniol (11 de septiembre). Allí se formó en el conocimiento de las Escrituras y en Teología, siendo uno de los mejores teólogos de su momento. Fue amigo del rey Cadfan, rey de Gwynedd. El hijo y sucesor de este, Cadfan Cadwallon despojó a Beuno de unos terrenos donados por su padre, y el santo quedó sin nada. Pero el príncipe Gwyddaint, primo de Cadwallon, dio a Beuno tierras en Clynnog Fawr en la península de Lleyn, para que fundase un monasterio, que fue luz del Evangelio en las tierras inglesas, por la cantidad de apóstoles que de allí partieron para predicar a Cristo. Varios lugares reclaman su presencia eremítica y misionera, pero históricamente se sabe que moró en dicho monasterio. Otros cenobios también le hacen su fundador, pero es posible que haya sido por discípulos suyos.
Varios milagros se narran en su leyenda, como que resucitó a su sobrina Santa Winifred (3 de noviembre), a otro pariente y a otras personas, en un total de siete. Además, tuvo don de conciencias y discernimiento, pudiendo penetrar hasta lo más escondido de los corazones, para sanarlos y volverlos a Cristo. Y es que esta fue toda su misión y obsesión, predicar y predicar a Jesucristo. Murió el 21 de abril de 640, en la Octava de Pascua, con muchos años gastados en servicio del Evangelio. Fue enterrado en Clynnog Fawr y pronto una capilla fue erigida sobre su tumba, donde en breve tiempo se verificaron muchos portentos. En el siglo X el monasterio de Clynnog fue reducido a cenizas por los vikingos, conservándose la iglesia abacial, y se reconstruyó en el siglo XI. En esta restauración, se halló una antigua piedra llamada “de San Beuno”, en la que hay una cruz que la leyenda quiere hecha por el mismo santo usando los dedos.
Parte de sus sus reliquias se veneran en la iglesia dedicada a su memoria en Pistyll, en la península de Lleyn, norte de Gales. Durante todo el medievo su devoción fue fortísima y las peregrinaciones a Clynnog Fawr eran constantes. Se le consideraba abogado de los animales y la ganadería, y también de los niños enfermizos. Una devoción consistía en donar animales (principalmente corderos y terneros) al monasterio, pasándolos el Domingo después de Pentecostés sobre su sepultura, para pedir por la extensión y salud del ganado. Tan fuerte era la costumbre, que ni siquiera la persecusión de la Iglesia por parte de los anglicanos pudo con ella. Existía otra devoción, que aún permanece: se sumergía a los bebés en una fuente junto a la iglesia, que habría sido bendecida por el santo, y se les hacía dormir sobre la tumba del santo. Sobre todos casos de milagros de curaciones de raquitismo, parálisis y epilepsias se narran en las crónicas del moasterio, que abarcan desde el siglo XIV hasta el XX.
Fuentes:
-http://www.pravoslavie.ru/english/90338.htm
-"Vidas de los Santos". Tomo IV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.