Santos Mártires de Crimea. 26 de marzo y 23 de octubre.
En 370 (375 según otros), reinando los emperadores Valente, Valentiniano y Graciano, en la época en que los godos invadieron la península de Crimea, el capitán Hungerik capturó un grupo de cristianos, los encerró en una iglesia y la incendió posteriormente. Fueron, según menologios griegos, 308 personas, de los que solo nos han llegado los nombres del presbítero Bathusio y su mujer Virka, otro presbítero de nombre Berko, el monje Arpil, y los seglares Habib, Agnus, Racso, Igathrax, Isaac, Silas, Signico, Soniril, Suïmbal, Thermo (o Thermagoras), Filo, y las vírgenes Ana, Alla, Manca, Mamica, Animaide y Larisa. Algunos apuntan que Agnus es tal vez un nombre genérico: “cordero”, probablemente aplicado a un niño, señalando la inocencia más que un nombre real. Algo parecido con Santa Inés (21 y 28 de enero).
Enterada del martirio, la reina Gaätha ordenó fueran recuperados los restos del incendio y trasladadas solemnemente a Cizico, Asia. El culto a estos mártires ha sido escaso, incluso en la Iglesia Ortodoxa, aunque recientemente, el auge del nombre de Larisa le ha dado cierta relevancia, pero puramente testimonial e iconográfica, pues muchas mujeres quieren conocer la “imagen de mi santa”. Lo curioso es que no es por la santa por la que el nombre se ha hecho conocido en Occidente, sino por la región griega de igual nombre.