Santoral hoy: 14 de febrero. San Valentín de Roma, Italia, presbítero y mártir.
Cada año cuando llega el 14 de febrero, sale a la pasarela este santo, del que nadie se acuerda en todo el año. Según el marketing afina sus estrategias, se diluye la figura del santo, y así hallamos cada vez leyendas más disparatadas, incluso en webs católicas. Para empezar bien e intentar aclarar las cosas hay que decir que sobre este santo (o santos) se habla demasiado, porque es más lo que se desconoce que lo que se conoce de verdad. Y más aún lo que se ha inventado. Se mezcla a dos santos del mismo nombre: Valentín de Roma, presbítero; y Valentín de Terni, obispo; ambos mártires y celebrados a 14 de febrero. Las leyendas, culto y asuntos con los enamorados los confunden a ambos, pero son dos santos reales cuya existencia está demostrada.
Todos los martirologios hacen mención de San Valentín: el Cambridge, Beda, Usuardo, Adon, Rábano Mauro, Notker y muchos más coinciden: "a las calendas del 16 de marzo (14 de febrero), en Roma, Dies Natalis del Bienaventurado San Valentín". Y lo toman del texto del Martirologio Romano que dice: "En Roma, en la vía Flaminia, cerca del puente Milvio, San Valentín, mártir". Y punto. Es San Valentín un mártir romano desconocido, enterrado en las catacumbas de la Vía Flaminia, que luego tomarían su nombre. Sin embargo, su devoción es antigua, pues desde mediados del siglo cuarto, en Porta Flaminia se levantó una iglesia en su honor, lo cual deja claro que su memoria se conservaba entre los cristianos, que la celebraban ya a este día: 14 de febrero, por ser su dies natalis.
Reliquias.
En cuanto al cuerpo y las reliquias, hay unos cuantas osamentas y reliquias de nombre Valentín, extraídos de catacumbas romanas y celebrados, como no, a 14 de febrero. Por ejemplo, San Valentín en Hamme, Bélgica, fue extraído también de las catacumbas de Vía Flaminia y donado por Gregorio XV (allí afirman que es el santo del martirologio). Un cráneo se venera en el altar de San Dionisio Papa (19 de enero), en Santa María in Cosmedin, Roma. Hay otro, cuyo cuerpo se conserva en Baga, Asturias y la cabeza de ese mismo en Toro. Otro en Annency y uno más en Socuéllamos, Albacete; extraído este último del cementerio de San Calixto. Y el segundo Domingo de Pascua, los jesuitas de Gante veneraban, o veneran, a un San Valentín extraído de las catacumbas de San Ciriaco. Un hueso se venera en Volsberg, Austria. La cabeza de otro se venera en Gemmeti, Francia. Y otro más en la iglesia de san Antón Madrid, donde dan por sentado que es el famosísimo santo "de los enamorados", exponiendo su reliquia a 14 de febrero. Podéis ver una imagen de esta reliquia en este link.
Además, el martirologio pseudo-jeroniminiano, menciona aparte de nuestro San Valentín, a otro más, también a 14 de febrero: “en África, San Valentín y 24 soldados, mártires”, de los que nada se sabe.
Además, como decía antes, en Terni se venera igualmente a 14 de febrero el santo obispo y mártir San Valentín que, si bien no es patrono de los enamorados ¡si que tiene una leyenda que le relaciona con los noviazgos!
¿Y los enamorados?
A estas alturas, ya sabemos lo poco que sabemos de San Valentín, pero también tiene una leyenda que le relaciona con su especial patronato. Esta, que toco de pasada, dice que fue sacerdote, en época de Claudio II. Su fama de virtuoso y sabio hizo que el mismo emperador lo llamara a su presencia, le interroga sobre la “superstición cristiana”, Valentín le responde que los dioses son “malos espíritus” y que “Cristo es el Hijo de Dios”. El emperador quedó impresionado y deseó conocer la fe cristiana, pero el Prefecto le dijo que Valentín era un mago y le embrujaba, por lo que fue llevado ante el juez Asterio. Este, para probarle, le llevó a su hija, ciega, diciéndole que si su dios era luz, debería darle la visión a la niña. Valentín oró y la niña vio. Asterio y su familia se convirtieron, pero Valentín fue apresado y decapitado.
Otra de las tantas leyendas que se inventaron sobre el santo, decía que Valentín, amante de las flores, siempre daba una a los cristianos a los que unía en matrimonio para recordarles que la belleza corporal se marchitaba, pero que el aroma de las virtudes podía perdurar más allá de aquella.
El origen de relacionarlo con los noviazgos está al norte de Europa, donde se creía que el 14 de febrero las aves se juntaban por primera vez. Se hacían sorteos entre los jóvenes y los “enamoraban”. Con el cristianismo, y muy entrada la Edad Media se les comenzó a llamar Valentín y Valentina. Hay que decir que aunque en Roma se celebrasen las lupercalias, fiestas de fertilidad y purificación de los campos, estas eran el 15 de febrero, y la memoria del santo el 14, por su martirio, certeramente anotada en este día, mucho antes de la eliminación de las lupercalias.
Aunque el papa San Gelasio I (21 de noviembre) prohibió dichas celebraciones paganas en el 494, no es del todo cierto que las sincretizara con la fiesta de San Valentín, poniéndole como patrón de los enamorados. Primero, porque la idea de los santos patronos es muy posterior al siglo V. Segundo, porque la fama universal de Valentín llegaría más tarde y en la época de Gelasio ambos santos llamados Valentín serían conocidos por separado en Terni, Roma, y poco más. Tercero, y más importante, porque las celebraciones típicamente de "enamorados" se extienden desde las zonas del norte de Europa, hacia el sur, y no desde Roma; de hecho la leyenda de la flor se recoge en "vitae" medievales y del norte de Alemania, Bélgica u Holanda, no en las leyendas nacidas en el entorno del santo, que se originan antes, entre los siglos VI y VIII.
Resumen: Si este día se hubiera celebrado San Plátano, pues San Plátano sería el patrón de los enamorados.
Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo II. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.
-http://heiligen-3s.nl
-“Encyclopedia of Saints”. MATTHEW BUNSON, MARGARET BUNSON, STEPHEN BUNSON. Indiana, 2003.
- "Nuevo Año Cristiano". Tomo 2. Editorial Edibesa, 2001.