San Hincmar de Reims, arzobispo. 21 de diciembre.
Era de origen franco y nació sobre 806. Muy joven entró como oblato en la célebre abadía de St-Denis, en París, bajo el mandato del abad Hilduin, quien sería su protector y promotor a la carrera diplomática. Pronto destacó por su ejemplaridad, prudencia y sabiduría. Era versado en varias lenguas, las Escrituras, además de piadoso y amante de la penitencia. En 822 el rey Luis el Piadoso lo llevó junto a sí, como consejero. En 841 el rey Lotario I le nombró arzobispo de Reims y además, abad administrador de la famosa abadía de St-Remi. Ese mismo año fue comisionado para dirigir un sínodo de obispos que debía determinar la autenticidad de una reliquia de Santa Elena (18 de agosto), que un monje de Hautvillers decía haber traído desde Roma. Y determinaron era real. ¿Cómo?, pues no lo sé. También participó en los sínodos de Tours y París, en 849 y 853, respectivamente. En este último condenó la herejía Gottschalk de Orbais sobre la predestinación del alma. En 852, restauró y amplió la catedral de Santa María de Reims.
Tomó parte en el sínodo de Soissons en 861, en el cual se enfrentó a Rothad, obispo de Soissons, que invocaba las famosas “Decretales” para su labor episcopal, sin la intromisión del arzobispo. Hincmar se le opuso y le destituyó de su sede, dudando de semejantes documentos. Eran las "Decretales" una supuesta recopilación de cartas, cánones y decretos papales, atribuidos a San Isidoro de Sevilla (4, 26 de abril y 20 de diciembre, traslación de las reliquias). Pero Rothad apeló al papa Nicolás I, quien lo restauró en sus funciones. También se enfrentó Hincmar, por causa de las mismas Decretales, a su sobrino Hincmar, obispo de Laon, que se negaba a la autoridad de su tío como arzobispo metropolitano. Pero pasó a más y el concilio de Douzy, celebrado a finales de 871, le excomulgó, con gran dolor de San Hincmar, que no estuvo en paz hasta que logró su reconciliación en 878. También se enfrentó nuestro santo al papa Juan VIII, por el nombramiento de Ansegiso, arzobispo de Sens como vicario apostólico. Según Hincmar, esto violaba la jurisdicción de los arzobispos metropolitanos. Pero el papa le hizo callar, y Hincmar obedeció. Y total, la historia ha demostrado que Hincmar tenía razón: las Decretales eran falsas y, aunque recogían algunos documentos antiguos auténticos, eran del mismo siglo IX y no de Isidoro.
Su papel fue decisivo, junto a San Hunger de Utrecht (22 de diciembre), para lograr la paz entre vikingos y francos. Como consejero de Carlos el Calvo, rey al que logró coronar en Metz en 869, jugó un papel fundamental en la elección de obispos y abades, una función que el rey se atribuía para si mismo. Hincmar poco a poco logró que el rey dejara de meterse en esos asuntos, y cuando no lo lograba, al menos intentaba que el rey aceptara su consejo sobre uno u otro candidato. Para ello dejó escrito un tratado entre espiritual, moral y jurídico para consejo de los futuros monarcas. En 877 coronó a Luis el Tartamudo, como rey de los francos. Fue decisiva su persona en lars relaciones entre los francos y los vikingos, tarea para la que trabajó con San Hunger de Utrecht (22 de diciembre).
En 882, ante la invasión de los bárbaros del norte y como Reims no tenía murallas ni guarnición potente, huyó a Epernay, llevando consigo las preciosas reliquias de San Remigio (1 de octubre), del que escribió una "vita". Allí murió el 21 de diciembre del mismo año el prelado más influyente de toda Francia.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD.