San Tugdual (Tudwal, Pabu o Paban) de Bretaña, obispo. 30 de noviembre.

Un santo, dos leyendas:
Su “historia” cuenta que era oriundo de Gales e hijo de Santa Pompeia (26 de julio) y de un pariente del rey Hoel I de Bretaña. Nació en 509 y se educó junto a su hermano San Lunaire (1 de julio) con San Illtud (6 de noviembre) en el monasterio de Lantwit Maior. La tradición galesa dice que salió para casarse con Nefydd, hija del mítico rey San Brychan (6 de abril), y fue padre de San Ifor (6 de enero) y San Cynfor (7 de mayo). En Carnarvonshire hubo una ermita dedicada a la memoria del santo, en la que la tradición local le pone retirándose a hacer vida eremítica.

Mientras, la tradición bretona, que es la más extendida, le hace abad del monasterio de Lantwit Maior luego de la muerte de Illtud, hasta que fue avisado por un ángel acerca que debía evangelizar en Bretaña. Así que se puso en marcha con los monjes San Ruellin (28 de febrero), San Kirecg (17 de febrero), San Goneri (18 de julio), San Loevan (2 de agosto) y San Brioc (17 de diciembre), y con Santa Libouban (25 de mayo) y Santa Seva (26 de julio), madre y hermana de Goneri, respectivamente, y Santa Meheleu (9 de octubre), una viuda que les atendía. Al llegar a la costa vieron un barco que les esperaba, subieron y aunque no había tripulación comenzaron a navegar hasta llegar a Ker-Morvan, región de Léon. Desembarcaron y el navío despareció. El señor local de Léon, Iona I (primo lejano de Tugdual), les dio unas tierras y Tugdual construyó un pequeño monasterio, donde hoy se encuentra la iglesia de Tre-Pabu. Junto a San Kirecg, predicaron el Evangelio y colaboraron con el obispo de Léon, San Pablo Aureliano (12 de marzo). Allí lo siguió su madre, Santa Pompeia, que quedó como ermitaña junto a la iglesia de Langoat, donde sería enterrada y se venera.

Viajó a París en el año 522, para pedir al rey permiso para tomar unas tierras para uso del monasterio. Su amigo San Albino de Angers (1 de marzo), le acompañó y le sirvió de intérprete. Al llegar a París sanó a muchos enfermos, resucitó a un muerto de tres días e hizo otros portentos. Su fama le precedió y no fue necesario rogar al rey, este le concedió lo que quería sin pedirlo. Estando en París, los habitantes de Lexobia le eligieron obispo luego de la muerte de San Tiridran (3 de marzo), pero Tugdual se negó. Mas el rey Childeberto y Albino le obligaron a aceptar. A cambio, obtuvo poder dirigir su diócesis desde un monasterio, y poder llevar una vida semi-monástica. Llegando a Treguier edificó un monasterio en un valle sombrío del que antes libró de una enorme serpiente que devoraba a los que allí se aventuraban. Como subprior eligió a San Pergat (1 de agosto).

¿Obispo o papa?
Un error de traducción dio pie a una fabulosa leyenda: en algunos textos en bretón antiguo, Tugdual aparece llamado “Pabu-Tugdual”, o sea “Abad Tugdual”, y en otros como “Léon-Pabu”, o sea “Abad de Léon”. Pues bien, en el siglo XII nació la leyenda que Tugdual se había convertido en el papa León V de esta manera: Huyendo Tugdual de su diócesis por el hostigamiento de algunos nobles, se fue a Roma, y llegando allí, halló que el papa había muerto y estaba el clero romano reunido para la elección del nuevo papa. Apenas entró Tugdual en la basílica de San Pedro, cuando una paloma se posó en su cabeza, lo cual fue visto como un presagio por parte de todos, y le eligieron Sumo Pontífice. Un año duró Tugdual en el trono de San Pedro, hasta que al cabo, un ángel le avisó que en Treguier las mujeres habían dejado de concebir durante su lejanía, por lo que era voluntad de Dios volviese a su tierra. El ángel le trajo un caballo blanco con alas sobre el que montó el santo, y volando llegaron hasta Treguier, posándose en un montecillo. Una vez entronizado el santo obispo en su sede, volvieron los embarazos y los partos. Gracias a este portento, Tugdual erigió una ermita a San Miguel Arcángel en el monte donde el caballo le dejó. Por supuesto que esta leyenda no se sostiene con nada. Para empezar, Tugdual vivió en el siglo VI y León V en el siglo X, y aunque poco se sabe de su pontificado, conocido es que solo reinó treinta días.

Culto y reliquias.
Antes de morir, señaló. Murió el santo obispo a mediados del siglo VI, luego de designar a Ruellin como sucesor. Fue sepultado en la iglesia de Tréguier cerca del altar mayor. Su nombre aparece desde el siglo VIII en todos los calendarios bretones. Es uno de los Siete Santos Obispos de Bretaña, junto a San Brieuc (1 de mayo), San Corentin de Quimper (12 de diciembre), San Malo de Aleth (15 de noviembre), San Paterno de Vannes (15 de abril), San Pablo Aureliano de Léon (12 de marzo) y San Samson de Dol (28 de julio). Los breviarios de varias diócesis francesas lo incluyen entre los principales santos, con lo cual se puede deducir que su culto estuvo bastante extendido y en un momento el santo gozó de amplia devoción. Se le considera abogado de embarazos y partos. Sus reliquias se veneraron en Treguier hasta 878, cuando por miedo a las invasiones normandas se trasladaron a Chartres, dejando un fémur en Laval. La Revolución Francesa acabó con todas sus reliquias, salvo las de Laval y huesos de un brazo que se devolvieron a la catedral de Treguier.
 

Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo XIV. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.