Santa Lucilla de Roma, virgen y mártir. 25 de agosto y 31 de octubre (traslación de las reliquias).
Un cuerpo fue sacado de las catacumbas de San Calixto en 1642, para ser venerado en la basílica de San Próspero y, a continuación, en la Capilla de Nuestra Señora de Gracia de Reggio. Hasta aquí lo histórico, lo demás es una asimilación con una mártir antigua y casi ignorada, para dar "vida" al cuerpo hallado, identificándola con la Lucilla conocida hasta entonces:
La leyenda nos lleva a la persecución de Valeriano en el 257. Nació ciega y era hija del diácono San Nemesio (25 de agosto), tribuno convertido al cristianismo. Nemesio pidió al papa San Esteban I (2 de agosto) el bautismo para él y su propia hija y le fue concedido. Al ser bautizada, Lucilla recobró la vista. Nemesio fue requerido a volver a la religión oficial del imperio, pero se negó con firmeza, confesando el nombre de Cristo y por ello, fue mártir, junto a Lucilla. Lucilla es un diminutivo de Lucía, que significa "luminosa", "que da luz", por tanto, hay un simbolismo encerrado en su falta de visión el recobrarla en el bautismo.
Los antiguos escritores de vidas de santos nos narraban alegorías simbólicas, que lamentablemente la piedad popular, el arte y la costumbre, han tornado en hechos reales y veraces, para hoy decir "nos han mentido".
Fuentes:
-"Vidas de los Santos". Tomo XII. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1916.
-"Año cristiano o Ejercicios devotos para todos los dias del año". P. JEAN CROISSET. S.I. Barcelona, 1863.