Santa Publia, abadesa. 9 de octubre.
Fue una dama de familia acomodada de Antioquía. Al enviudar reunió en su casa a algunas vírgenes y viudas para consagrarse a las prácticas de piedad en la vida común. Se dice que en el 362, el Emperador Juliano el Apóstata (llamado así porque después de ser cristiano, volvió al paganismo) pasó por Antioquía en una campaña contra Persia. Al pasar frente a la casa de Publia, Juliano oyó a estas mujeres cantar el Salmo 115: "Los ídolos de los gentiles son de oro y plata y están hechos por la mano del hombre; no tienen boca y no pueden hablar". "Que los que construyen los ídolos y todos los que ponen su confianza en ellos sean como sus dioses".
Juliano lo tomó como una alusión personal a su apostasía y mandó a callarlas como fuese y no pudieran cantar nunca más. Publia contestó por sus compañeras citando el Salmo 67: "Dios se levantará y destruirá a sus enemigos". Juliano la mandó a llamar y ordenó que fuera abofeteada constantemente, hasta que las demás dejasen de cantar. Prometió condenarlas a muerte al volver de la campaña de Persia, pero Juliano no volvió nunca de esa campaña, por lo que Publia y sus compañeras acabaron su vida en paz. Murió en 364.
Algunos escritores (Tritemio o Lezana) en sus laudas sobre la Orden del Carmen la hacen santa de esta orden.
Fuente:
-"La leyenda de oro para cada día del año". Volumen 3. PEDRO DE RIBADANEIRA. Barcelona, 1866.