Beato Jarich de Mariëngaarde, poeta y abad premonstratense. 24 de junio.

Sobre este humilde religioso de la Orden de Premontré se sabe poco. Era originario de la isla de Griend. De joven fue pastor, aunque tenía muchas luces para los estudios nunca estudió. Era muy hábil componiendo versos, rimas y coplas. Sobre todo a la Santísima Virgen, de quien se decía enamorado. Tan conocido parece que fue por su poesía, que sus primeros biógrafos dicen de él lo mismo que de Ovidio se decía "Todo lo que decía era poesía." Una anécdota de juventud cuenta que estando montado a caballo, un jovencito impertinente se le agarró al pie, con la extravagancia de que solo le dejaría si el santo le despedía en verso. Y el santo le respondió: “ferro cinge pedem properat, Jaricho ad edem”.

Aún joven oyó unas predicaciones de San Federico de Mariëngaarde (4 de febrero y 3 de marzo), el gran predicador de Frisia. Aunque era una predicación dirigida al clero, y por tanto, en latín, el joven Jarich se las ingenió para oírlas (suponemos que por las ventanas) y lo entendió perfectamente, por gracia de Dios. Este hecho le llevó a considerar encaminar su vida hacia el estado de religión, y en la orden de premontré, entrando al monasterio de Mariëngaarde.

Como decía, poco se sabe de él, porque lo que consta históricamente es posterior a su elección como abad, con la sorprendente edad de 80 años. Fue elegido el 14 de septiembre del año 1238, y unas semanas después, la Víspera de Todos los Santos, enfermó gravemente, y su gobierno tuvo que apoyarlo en los hermanos. Aún así, siguió gobernando hasta la primavera de 1240, en que fue destituido. El 23 de junio de ese mismo año, cerca de la medianoche mandó a un hermano a constatar de donde venía el viento. “Del sur”, fue la respuesta, a lo que el santo respondió: “mientras no cambie, no moriré, estad atentos”. A mediodía del 24 de junio, mientras se cantaba el solemne oficio litúrgico del día de San Juan, el viento cambió, dirección al este (la Jerusalén celestial), los hermanos acudieron y le acompañaron en su dulce muerte. Le enterraron, como había pedido por humildad, en la portería del monasterio, para ser pisado por todos los viandantes.

Posteriormente, llegada la fama de milagros, sería trasladado a un altar dentro de la iglesia. Por su sucesor, el Beato Ethelger de Mariëngaarde (8 de mayo).

Fuentes:
-“Vitae Abbatum Orti Sancte Marie”. HERMANN LAMBOOIJ.
-“Sibrand Leo y las crónicas de los abades premonstratenses de Frisia”. HERMANN LAMBOOIJ. 2008.