Santa Sofía de Roma, madre y mártir. 15 de mayo (traslación de las reliquias a Eschau), 30 de septiembre (martirologio romano), 1 de agosto (con sus tres hijas) y 17 y 18 de septiembre (Iglesias orientales).
Sería Usuardo quien la introdujo en el martirologio romano, y no porque se sepa de ella, sino por la antiguedad del culto. Toda la devoción y la leyenda de Santa Sofía nace de unas reliquias enterradas y halladas en la iglesia de San Pancracio de Roma, con el nombre de “Sofia”, y que también menciona a sus tres hijas mártires (aunque sin darles nombre). Allí estuvieron hasta que Pablo I las trasladó a San Silvestre de Roma, dando una parte a Remigio, obispo de Strasburgo que las llevó al monasterio de Eschau, en Alsacia. Allí llegaron el 15 de mayo, día en el que se le celebra en Alemania. En este país se le conoce como la “Sofía fría”, siendo de los llamados “santos de hielo” que son los que van del 11 al 14 de mayo, días en los que el invierno parece volver, en medio de la primavera. Otras reliquias las hay en la basílica de San Pedro de Roma, en el Escorial y en Santa Julia de Brescia, trasladadas en 1600. Para colmo, en Viganne se veneraban ¡los cuatro cuerpos! hasta la Revolución Francesa. En Padeborn se venera una cabeza tenida como la de Esperanza.
La piedad popular, en el transcurso del tiempo, las nombró Fe, Esperanza y Caridad, en una clara representación personal de las virtudes teologales provenientes de la “Sabiduría Divina”, que en fin de cuentas es lo que significa Sofía: sabiduría. Así surgió la leyenda de Sofía y sus hijas Pistis, Elpis, y Ágape, nombres como las conocen los griegos.
La segunda parte de la leyenda, escrita en el siglo VIII, fue hacerlas vírgenes y mártires y hacerlas coincidir con las reliquias de la desconocida Sofía y sus hijas depositadas en San Pancracio. Esta leyenda dice que Sofía era una noble milanesa y junto a su marido y sus hijas, dieron sus posesiones a los pobres, para irse a Roma, a padecer por Cristo. Las tres niñas fueron las primeras en ser martirizadas con diversos tormentos (Fe en una parrilla, Esperanza colgada y flagelada, y Caridad en un caldero hirviente). Sofía, al visitar su tumba tres días más tarde quedó muerta allí mismo de forma natural, hecho que no importó para considerarla mártir.
Se les suele representar con sus tres hijas, con palma de mártir y espada, instrumento típico de los mártires, decapitados o no, y un libro. Sus hijas, al ser representadas las tres juntas, en ocasiones son confundidas con las santas Bárbara (4 de diciembre), Catalina (25 de noviembre) y Margarita (20 de julio), santas de gran devoción en el mundo católico; o con las misteriosas santas Aubette, Warbede y Wilbede (26 de septiembre y 21 de octubre). Los rusos por su parte veneran a las santas niñas con los nombres de Vera, Nadia y Liubov.