San Vital y familia, mártires. 28 de abril.
La leyenda les pone como los padres de los Santos Gervasio y Protasio (7 y 19 de junio, invención y traslación de las reliquias, respectivamente). Al estallar la persecución contra los cristianos en Rávena, imperando Nerón, en el año 64 fue apresado y trasladado a Rávena el médico San Urcisino (19 de junio). Al ser conminado al martirio, Vital, que le había seguido y se hallaba presente, le anima a padecer cuando le ve flaquear. Una vez degollado, Vital toma el cuerpo de Ursicino y lo entierra, lo que le vale ser arrestado y después de sufrir varias torturas para hacerlo apostatar, el juez Paulino manda lanzarlo a una fosa profunda y cubrirla de tierra. Valeria tendría la intención de recuperar el cuerpo, pero los cristianos de Rávena la previenen del peligro de hacerlo, después intenta ir a Milán, pero durante el recorrido unos paganos la invitan a que sacrifique con ellos a los dioses; ella lo rechaza y por ello es retenida y muere en la cárcel, tres días después.
El martirio de sus hijos Gervasio y Protasio se narra en un documento que le da el nombramiento “servus Christi”. Este escrito fue hallado junto a los cuerpos de Gervasio y Protasio, encontrados el 7 de junio de 386 por San Ambrosio de Milán (4 y 5 de abril, muerte y entierro; 7 de diciembre, consagración episcopal), luego de una revelación. Pero los martirios de Valeria y Vital no aparecen en dicho documento, que, suponiendo sea verdadero, se limita a decir que los padres de Gervasio y Protasio se llamaban así. Según este, Gervasio y Protasio serían mártires mucho tiempo después de sus padres, pues dice que:
Es decir, que ambos eran adultos al ser martirizado su padre, y morir su madre. Del martirio de los hermanos narra que fue en tiempo del príncipe Astasio, que pretendía cargar contra los marcomanos (Moravia):
Así pues, apresados, fueron martirizados. Protasio decapitado y Gervasio a palos. Ambos serían enterrados en Milán, y olvidados, para aparecer en 396 a San Ambrosio, según dije antes. Este mensaje de enojo de los dioses y mal augurio sobre la batalla podría explicarse si ambos hermanos fueran soldados (cosa que no nos dice el martirio de Vital). Como señala Eusebio en la Historia Eclesiástica y se deduce de la passio de San Mauricio, eran comunes los sacrificios previos o posteriores a las batallas, unos para pedir el favor de los dioses, y otros para dar gracias. En ellos, si había soldados cristianos que se negaban a sacrificar, eran ajusticiados. Por una parte era de mal ejemplo permitirles vivir luego de desobedecer; y por otra, los dioses podían molestarse y hacer caer en desgracia al ejército. Ahora, sabiendo que estas luchas sobre Moravia tuvieron lugar en tiempos de Marco Aurelio Antonino, habría que decir que el martirio habría ocurrido a mediados del siglo II, más de 100 años después de la muerte de Vital y Valeria. Algunos incluso dicen que podrían ser mártires más recientes a la época de Ambrosio.
El Metrafastre en sus vidas de santos añadió a la narración el nombre del juez: Anolino; y convierte los diez años de retiro, en diez años de cárcel, para finalmente ser martirizados junto a Santos Nazario y Celso (28 de julio; 12 de junio, invención de las reliquias; 10 de mayo, traslación; 19 de junio, junto a Gervasio y Protasio, y 14 de octubre, Iglesia Griega), cuya invención también se debe a San Ambrosio, pero cuya "passio" dice que fueron martirizados más de un siglo después de Gervasio y Protasio, imperando Diocleciano. Por lo que esta asociación es tardía y sin fundamento.
Pero, que ¿hay de cierto en todo estas historias? Que haciendo excavaciones en la iglesia de los santos Nabor y Félix (12 de julio), se hallaron por casualidad dos cuerpos titulados como Gervasio y Protasio, y para darles más importancia, se les unió a los ya conocidos mártires Vital y Valeria. Es decir, son dos mártires reales, pero con una vida legendaria. Es una táctica bastante usual: unir mártires poco conocidos a otros más venerados, como Vital, en Rávena, para dotar a los primeros de más rango y fama. Además, fue un acto inteligente por parte de San Ambrosio, pues conocidas eran las pugnas (agravadas en entre los siglos V y VI) entre Rávena y Milán por convertirse en ciudades capitales, empeñadas una y otra, en ganar prestigio ante Roma, sede del senado. Uniendo a ambas ciudades mediante los mártires, padres e hijos, se lograba un punto de acercamiento, a la par que Milán elevaba su status frente a Rávena.
En Milán existió la iglesia (hoy destruida) dedicada sólo a Santa Valeria. Actualmente existen la de San Vital y otra dedicada a Gervasio y Protasio, donde reposan sus cuerpos. Otras reliquias de los hermanos fueron llevadas a Tours por San Eustoquio (19 de septiembre), obispo de esta ciudad. Y otras en Breisach am Rhein, Alemania, otras más en la catedral de Soissons, y en otras zonas de Bretaña.
A San Vital se dedicó la importante basílica de San Vital de Rávena, en el siglo VI, de bellos y magníficos mosaicos conservados hasta hoy. Esta Basílica fue consagrada el 17 de mayo de 548, y más tarde se dedicó también a sus hijos Gervasio y Protasio, mientras que un altar lateral se dedicó a San Urcisino. San Vital tiene también una iglesia en Venecia, en donde se representa como soldado, a caballo.
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