El pasado mes de octubre, el director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Gregorio Marañón, Celso Arango, alertaba de un "boom" de casos de menores trans. En tan solo un año, el número de adolescentes que afirmaban serlo había aumentado de uno o dos pacientes anuales al 15-20% de los ingresados. Seis meses después, la tendencia continúa ascendiendo preocupantemente, llegando hasta el "mil por cien" en algunos lugares de España.
El pasado viernes, Arango participó en una jornada sobre salud mental en el Congreso de los Diputados convocada por el grupo parlamentario de Vox, donde abordó un fenómeno del que asegura que "si se multiplica de forma tan rápida, o tiene un origen infeccioso o hay algo más".
Los datos son preocupantes, ya que el aumento de casos ronda entre el 100y el 300%, llegando incluso al 1000% en algunas clínicas de Cataluña.
Si se pregunta, la verdad sale: "Se lo dice un compañero"
"Estamos viendo un incremento exponencial del número de casos de menores que dicen ser trans y en un momento de la adolescencia, no como veíamos previamente que con 3, 4 ó 5 años tenían esa percepción subjetiva de que no les correspondía el sexo con el que habían nacido", alertó.
Durante su intervención, Arango explicó una evidencia que ahora pretende ser silenciada incluso por vía legal: cuando un psiquiatra "pregunta un poco" a los adolescentes que afirman ser trans, no tardan en salir a la luz "otros fenómenos" y motivaciones que en muchos casos se reducen a que "se lo ha dicho su compañero".
Así, el psiquiatra ha alertado de la importancia de enfrentar las políticas de afirmación -en las que incluso sin preguntar se deriva a los menores a terapias de hormonación o cirugía- y hacerles una valoración psiquiátrica antes de realizar una intervención.
En este sentido, el psiquiatra también subrayó que, pese a que según la Organización Mundial de la Salud diga que no se trata de una enfermedad, la intervención médica sigue siendo necesaria.
"Hormonar, operar, quitar mamas, quitar penes, ¿eso quien lo hace si no es el sistema sanitario?", planteó.
"El 60% se echa para atrás"
Otro aspecto sobre el que suele prevalecer el silencio es la tasa de arrepentidos o los trastornos asociados.
Según sus datos, el 60% de quienes dicen ser trans "se echan atrás", lo que le lleva a rechazar una ley trans que "prohíbe a los sanitarios preguntar y ver si hay alternativas". Tanto él como sus compañeros alertan, además, de las graves consecuencias que puede tener su aplicación en los menores, -como "mutilaciones, arrepentimientos, suicidios"- así como de las causas ignoradas y vinculadas a los casos de menores transgénero, de "trasfondo psicopatológico" y "trastornos depresivos".
Durante su intervención, Arango también se refirió a las políticas estatales y lo "delirante" de quienes están "engañando a la gente con algo imposible" al arrogarse la "supremacía moral de decir a la población que puede elegir el sexo biológico".
Entre otros temas, apuntó a que los adolescentes con trastorno del espectro son más "proclives" a decir que son trans, lo que achaca al hecho de que este colectivo es más propenso a sufrir bullying y, por tanto, a buscar aceptación en los "lobbys que van a los colegios".