"Disolver los conflictos ancestrales" o "desatar los nudos kármicos" era un lenguaje propio de la New Age, en referencia a una supuesta herencia espiritual negativa recibida de nuestros padres, hasta que terminó introduciéndose en encuentros espirituales católicos.
"He asistido a un retiro en el que he quedado algo turbada", afirma Patricia, participante en uno de ellos, dirigiéndose al obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla: "Se realizaban oraciones para la sanación de nuestro árbol genealógico, en la creencia de que los pecados de nuestros antepasados pueden estar teniendo una influencia nefasta en nuestras vidas. Me quedé bastante confundida. ¿Qué dice la Iglesia sobre todo esto?".
Respuesta "contundente"
Monseñor Munilla leyó esta pregunta y la respondió en el tramo final de su programa Sexto Continente, que dirige los lunes y viernes de 8.00 a 9.00 de la mañana en Radio María. Desveló que no es la primera vez que se lo plantean, pues ya ha recibido más de una consulta al respecto.
[La cuestión de la "sanación intergeneracional" se aborda a partir del minuto 45:24.]
La confusión proviene de que estos retiros son predicados por laicos católicos o sacerdotes e incluyen oraciones, misas e incluso exorcismos con esa intención. Según esta teoría -que, recordó el prelado, nació a principios del siglo XX en entornos protestantes-, los pecados de nuestros antepasados tienen un impacto en la vida de sus familiares en la actualidad, que puede ser tanto corporal, con enfermedades, como espiritual, manifestado en fracasos matrimoniales, rupturas familiares, etc. Estaríamos cargando con el pecado "heredado", lo cual podría remediarse mediante actos de "liberación" como los citados.
¿Ha dicho la Iglesia algo al respecto? Munilla recordó que ha habido al menos dos pronunciamientos. Uno, en 2007, de la conferencia episcopal francesa, y otro, en 2015, de la conferencia episcopal polaca, ambos "claramente contrarios a este tipo de prácticas o creencias".
"No existen pecados intergeneracionales", explicó el prelado donostiarra, pues "el pecado es un acto libre y personal en el que se transgrede la ley divina", y "el único pecado que se transmite por generación es el pecado original”.
Y leyó el "contundente pronunciamiento" de sus hermanos polacos en el episcopado: “La reencarnación del pecado o la propagación del pecado a las generaciones sucesivas no tiene justificación ni en las Escrituras ni en la Tradición ni en la enseñanza de la Iglesia. Este tipo de ideas infundadas son muy peligrosas para la vida espiritual de los fieles y para la doctrina de la Iglesia misma”.
Leemos en las Sagradas Escrituras: "Me fue dirigida esta palabra del Señor... Vosotros diréis: ¿Por qué no carga el hijo con la culpa de su padre? Por lo siguiente: porque el hijo ha cumplido con el derecho y la justicia, ha observado todos mis preceptos y los ha puesto en práctica; por ello, ciertamente vivirá. El que peca es el que morirá; el hijo no cargará con la culpa del padre, ni el padre cargará con la culpa del hijo. El inocente será tratado conforme a su inocencia, el malvado conforme a su maldad. Si el malvado se convierte de todos los pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se tendrán en cuenta los delitos cometidos; por la justicia que ha practicado, vivirá" (Ezequiel 18, 19-22). 'Visión de Ezequiel: la resurrección de la carne' de Francisco Collantes (1630). Museo del Prado.
En efecto, dado que esta creencia no se encuentra en ninguna de las fuentes de la Revelación, afirmarla significaría que la Revelación de Jesucristo "fue incompleta y no nos dio la plenitud de los medios de santificación". "Solo este argumento ya es un motivo para rechazarlo", afirmó Munilla, incluyendo en el rechazo las misas u oraciones con esa intención.
El problema psicológico y el problema teológico
El conductor de Sexto Continente apuntó dos males de las llamadas "oraciones de sanación del árbol genealógico", uno a nivel psicológico y otro a nivel teológico.
A nivel psicológico, esas prácticas llevan a la persona "a buscar las razones de su sufrimiento fuera de sí misma", lo cual es un error porque "cuando uno apunta al origen de sus problemas en un lugar equivocado, se está distrayendo de encontrarlo donde verdaderamente está el problema y dificulta un verdadero proceso de ayuda".
Justo el día anterior a esta intervención de monseñor Munilla, el Evangelio del domingo recogía el capítulo 9 del Evangelio de San Juan, con la curación del ciego de nacimiento en la piscina de Siloé. Los discípulos preguntan a Jesucristo: "¿Quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego?". "Ni éste pecó ni sus padres", responde el Maestro.
"Nos estamos equivocando", lamentó el obispo al comprobar cómo se ha olvidado la claridad de esas palabras: "Las misas con intención sanadora del árbol genealógico son un peligro psicológico para los fieles que se entregan a esa falsa creencia", ratificó.
"Estamos desbarrando"
Por otro lado, a nivel teológico, "esas misas u oraciones desvían la caridad que debíamos tener hacia los fieles difuntos". En vez de centrarnos en rezar por las almas del purgatorio "para que el Señor purifique las manchas que el pecado ha podido dejar en nuestros antepasados, nos centramos en lo que a mí me afecta del pecado que ellos hicieron".
"Estamos desbarrando", remató, acusando de narcisismo a esta tendencia: "¿A ti qué te va a afectar lo de ellos? ¡Céntrate en lo tuyo!"
"Hay que ser contundente" en el rechazo de esta supuesta sanación intergeneracional, cuyos fundamentos teológicos "son totalmente falsos en cuanto que son invenciones recientes, que no se encuentran en las Escrituras, ni en los Santos Padres, ni en el Magisterio".
Y lamentó que, frente al peligro del secularismo, que rechazó la Revelación de Jesucristo, se alce el iluminismo, "al que parece insuficiente la Revelación de Jesucristo custodiada por la Iglesia y busca 'efectos especiales', fenómenos extraordinarios, autoatribución de carismas", algo que fomenta "el engreimiento, la presunción, la vanidad... en una muestra de nuestro desnortamiento".