Durante los últimos días, el diario Interfax se ha hecho eco del encargo realizado por el presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky a su primer ministro, Denys Shmyhal, para estudiar la legalización de las uniones homosexuales. La solicitud, recoge el portal, se produjo poco después de que una petición de más de 28.000 firmas fuese presentada un mes antes, el pasado tres de julio.
En el sitio web destinado a las respuestas presidenciales a las peticiones populares, Zelensky respondió que "una familia se compone de personas que viven juntas, comparten una vida y tienen derechos y obligaciones mutuos. De acuerdo con la Constitución de Ucrania, el matrimonio se basa en el consentimiento voluntario de una mujer y un hombre".
Además, Zelensky expresó que la Constitución de Ucrania no se puede alterar mientras dure la vigencia de la ley marcial o el estado de emergencia.
Sin embargo, concluyó su respuesta afirmando que "el gobierno ha elaborado posibles soluciones para legalizar una unión civil registrada en Ucrania en apoyo del esfuerzo por respaldar y observar los derechos humanos y las libertades".
Citando el artículo 116 de la Constitución ucraniana, expresó el deber gubernamental de "garantizar los derechos humanos y las libertades civiles" Por tanto, añadió, "le he pedido al primer ministro que estudie la cuestión señalada en la petición e informe de los resultados".
Munilla denuncia "presiones" externas
Pocos días después, José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante (España), denunció desde su cuenta de Twitter la consideración por parte de Zelensky en torno a las uniones homosexuales, que a su juicio una exigencia "del Nuevo Orden Mundial" para que renuncie a "sus principios a cambio de ayuda económica y militar" en la guerra vigente con Rusia.
En este sentido, el diario Aciprensa explica que el pasado mes de marzo, la Unión Europea "anunció la puesta en marcha del proceso de admisión de Ucrania tras la invasión rusa a finales de febrero. Desde hace años, la organización continental ha presionado a algunos de sus miembros como Polonia, Hungría o Rumanía a equiparar las uniones entre personas del mismo sexo al matrimonio".