El obispo de Barbastro, Ángel Pérez Puello, ha estallado contra su homólogo de Lérida, Salvador Giménez, tras el nuevo recurso que ha presentado para no devolver los bienes de la franja que la Justicia ordenó en 2019 a la diócesis aragonesa.
El obispado catalán se ampara en la “falta de libertad” que existió por su parte ante la “obediencia debida” a la Santa Sede y también a los tribunales eclesiásticos. Por ello, considera que el reconocimiento en su momento desde Lérida de devolver estos 111 bienes en disputa “carecen de valor” por lo que ha vuelto presentar un recurso por la vía civil.
Ante esta decisión, el obispo de Barbastro-Monzón se ha mostrado extremadamente contundente en un comunicado. “En la Iglesia he encontrado siempre una institución libre y abierta, por eso me causa una enorme tristeza que la diócesis de Lérida, tras haber reconocido en varias ocasiones la propiedad aragonesa de los bienes, alegue ahora falta de libertad”, expresa el prelado.
Ante un conflicto que se alarga ya en el tiempo y con la desobediencia por parte del obispado de Lérida, Pérez Puello afirma que los católicos de su diócesis están “desconcertados” y dolidos” pues “la gente no concibe este despropósito”. Recuerda además que la población aragonesa “está muy quemada, pues son 25 años de espera, en la que tanto la justicia eclesiástica como civil ha dictaminado que esos bienes deben volver a las parroquias aragonesas”.
De este modo, el obispo de Barbastro asegura que trata de “apaciguar” para que “reine la comunión, pues todos somos Iglesia, y mi único deseo, como tantas veces he dicho, es tender puentes también con nuestros vecinos y hermanos. Pero cada vez resulta más difícil. Es tan grande y creciente el ‘escándalo’, en palabras de muchos católicos, que la situación se torna insostenible”.
Ante esta situación, Pérez Puello recalca que la Justicia ha hablado una vez más. “Sólo espero que la otra parte recapacite, con respeto, y cierre este doloroso capítulo, para no seguir ahondando en la humillación y ultraje de quienes sólo están reclamando lo que es suyo. Es cuestión de dignidad y justicia”, concluye.