“Hola familia, he ido esta mañana al preestreno de Lightyear, la película de Disney de Toy Story. Durante la primera media hora la historia es una mujer que se casa con otra, se besan, una se queda embarazada… así. Para que lo difundáis y NO vayáis a verla”.
Este mensaje ha corrido como la pólvora estos últimos días a través de los Whatsapp de miles de personas, grupos de amigos y familias evidenciando así la grave preocupación que existe entre una parte de la sociedad con el adoctrinamiento de los más pequeños utilizando para ellos a sus personajes animados favoritos.
Precisamente este viernes se estrena en los cines la superproducción de Pixar y de Disney, Ligthyear, que se centra en Buzz Lightyear, uno de los personajes más queridos por los niños en los últimos 20 años.
No se trata, por tanto, de una película cualquiera, sino de una producción de Pixar (compañía que ahora pertenece a Disney) llamada a atraer a millones de niños bajo el reclamo de un personaje icónico como es Buzz y su característico “Hasta el infinito y más allá”.
La película se estrena en pleno calentamiento del Orgullo Gay, y con ella Disney y Pixar se han quitado la careta definitivamente. No se equivocaba aquel mensaje de whatsapp que alertaba del boom propagandístico de ideología de género en el filme.
Escena en la que Alisha y su novia se besan en la película "Lightyear".
Durante los últimos años Disney como compañía matriz de distintas productoras ha ido incrustando en algunas producciones contenido LGTB de manera más o menos sutil y aumentando esta apuesta decidida por la ideología de género hasta anunciar recientemente su objetivo real.
“A finales de 2022, aproximadamente, la mitad de los personajes de nuestras películas de animación serán LGBTQ+ y pertenecientes a minorías étnicas”, anunciaba recientemente y orgullosa Karey Burke, directora general de contenido de entretenimiento de Disney.
Ligthyear es el primer gran exponente de esta nueva etapa de Disney a tenor del alcance mundial que tendrá esta película protagonizada por un personaje consolidado en la factoría como es el conocido astronauta de Toy Story.
El inicio de la película es evidente. Buzz Ligthyear queda atrapado en un planeta hostil junto a, entre otros, su comandante Alisha Hawthorne, una astronauta afroamericana y lesbiana. Para encontrar el regreso a su hogar realizan peligrosos viajes que dilatan el tiempo, por lo que el protagonista verá momentos de la vida de sus compañeros.
Es aquí donde cuelan la boda de Alisha con su novia, un beso entre ellas, e incluso su embarazo a través de técnicas artificiales de fecundación.
Ya no hay disimulo ni propaganda encubierta. Disney y Pixar van completamente de frente en esta apuesta por la ideología de género y su ruptura como una "marca blanca".
Una película con malas críticas
En Aceprensa, el crítico Jerónimo José Martín analiza así el filme: “el conjunto no alcanza la frescura, la magia y la conmovedora humanidad de las mejores películas de Pixar, quizás porque su cansina militancia LGTB es demasiado obvia, idílica y acrítica; su trama de aventuras no depara sorpresas relevantes, y las idas y venidas de Buzz en el tiempo y el espacio acaban generando cierta confusión narrativa”.
Pero no sólo las críticas negativas a la película provienen desde una cosmovisión cristiana. En Libertad Digital y esRadio, su crítico Andrés Arconada afirma que es una “película bastante esperada que va a defraudar bastante a los seguidores de Toy Story” pues “Lightyear no termina de arrancar ni de gustar”.
Y concluye así: “Lo que siempre hace Pixar de hacer películas que gusten a mayores y a niños, que tenga una cierta entidad y mensaje, en Lightyear se diluye de tal manera que al final se convierte en una película de mucha mucha mucha acción y poca poca poca chicha".
Ni siquiera a Carlos Boyero, crítico de El País, diario referente de la izquierda, le convence la película. Afirma que Pixar, que “pasó de llevar a los niños al cine a ir con los niños a disfrutar con ellos” ha perdido su esencia en los últimos años. “La última película que me emocionó de Pixar fue ‘Del revés’, el resto no las recuerdo”, agrega.
Pixar defiende la propaganda
Sin embargo, desde Pixar defienden esta apuesta ideológica en la película. Galyn Susman, productora de Ligthyear, arremete contra los críticos: “¿por qué los espectadores no se molestan más al mostrar relaciones fallidas? En Ligthyear tenemos una relación que dura toda la vida. Es amorosa, es solidaria y le muestra a Buzz exactamente lo que no tiene y ese es el punto. Todos deberíamos ser tan afortunados de tener este tipo de relación en nuestra vida”.
Más agresivo se ha mostrado el actor Chris Evans, que pone voz a Buzz, y es conocido por interpretar a Capitán América en Marvel. La polémica por las escenas LGTB ha provocado que la película no vaya a ser estrenada en varios países asiáticos y de mayoría musulmana.
Así se refiere a los críticos con estas escenas: “La verdad es que esa gente es idiota. La historia humana es una historia de constante despertar social. De despertar y crecimiento, y eso es lo que nos hace buenos”.
“Siempre habrá gente que tenga miedo, no sea consciente y trate de aferrarse a lo que había antes. Pero esas personas mueren como los dinosaurios. Creo que el objetivo es no hacerles caso, seguir hacia adelante y abrazar el crecimiento que nos hace humanos”, añade.
Celebración del Orgullo Gay en Disneylandia.
Una normalización paulatina
Si bien durante los últimos años Pixar ha ido normalizando las alusiones y mensajes LGTB en sus cortos y películas, el caso de Hawthorne será pionero en su claridad de contenido lésbico.
En Onward (2020), la policía Lena Waithe menciona a su novia y en Toy Story 4 dos madres aparecían despidiéndose con un abrazo de su hijo en la guardería.
Mucho más allá fue Out, un corto de nueve minutos disponible desde ese añó en Disney + cuya temática central es LGTB y en la que la trama se centra en cómo Manuel quiere confesar a sus padres que es homosexual.