Las distintas iglesias ortodoxas de rito bizantino están más divididas que nunca, con dos grandes facciones: Moscú y sus iglesias afines sobre todo en países pobres bajo dominio musulmán en Oriente Medio, son un bando; y Constantinopla, los griegos, ucranianos, europeos y alejandrinos, es decir, el resto del mundo, son el otro.
Pero hay algo que las ha unido esta semana: la indignación ante la blasfemia y la ideología en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París.
Quejas firmes de los obispos griegos, también al embajador
Desde Atenas, el arzobispo Jerónimo, preguntado por el asunto, dijo: "Todo eso es digno de absoluto desprecio".
Han emitido declaraciones de condena y protesta los arzobispos griegos de Patras, Kissamos, Nafpaktos, Larissa, Serres y Dimitrias. El metropolita Crisóstomo de Mani (la mitad sur del Peloponeso) incluso escribió una carta al embajador de Francia en Grecia:
"Su Excelencia; en el espíritu de la amistad greco-francesa y como antiguo estudiante de la estimada Universidad de la Sorbona, le escribo para expresar mi profundo lamento e insatisfacción por el incidente irrespetuoso durante la ceremonia de apertura en los Juegos Olímpicos en París, específicamente por la representación blasfema de la Última Cena. Tales acciones son inconsistentes con la cultura europea cristiana. Espero que actos similares provocativos y antirreligiosos no se repitan en el futuro", escribe el arzobispo, antiguo estudiante en París.
"Crece en Europa una cultura basada en la impiedad"
Un portavoz de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Vakhtang Kipshidze, vicepresidente del Departamento sinodal de la Iglesia Ortodoxa Rusa para Medios de Comunicación, expresó su indignación por la actuación que mostraba la "Última Cena" con una drag queen. En estos juegos no participa Rusia ni se puede usar su bandera (hay deportistas rusos a los que sí se les ha permitido, los que han sido críticos con la guerra, pero serán castigados si vuelven a su país).
Kipshidze añade: "Si esta manifestación demoníaca hubiera tenido lugar a la sombra de nuestra bandera, no habría sido posible experimentar una gran alegría". En Rusia no se retransmiten los juegos como represalia por no permitir la participación de atletas por Rusia ("no interesa al público", dicen las autoridades oficiales, como si las mayores hazañas deportivas del mundo y sus impresionantes escenas dejaran de tener interés para los rusos).
Kipshidze expresó su solidaridad con los millones de cristianos que se sintieron insultados por la ceremonia inaugural: "Quienes dirigieron la inauguración olímpica mostraron su desprecio por la civilización europea y el cristianismo como su fundamento. Es triste ver cómo crece en el centro de Europa una cultura basada en la impiedad, que parodiaba el cristianismo como un mono parodia a un ser humano".
La nota la difunden agencias como Anadolu (la agencia turca, siempre atenta al mundo griego y ruso) pero en la web del Patriarcado de Moscú no se ha difundido ninguna valoración oficial.
Desde hace unos años, los ortodoxos griegos y los rusos están en campaña unos contra otros, pero esta semana han coincidido en su condena y lamento.
Consenso en los cristianos de Oriente: "indignidad al Misterio de los Misterios"
También han difundido una nota conjunta de protesta el Consejo de Iglesias de Oriente Medio, que incluye a las iglesias católicas de distintos ritos, las protestantes, las ortodoxas y las siríacas y armenias. "Con mucho amor mezclado con asombro y desaprobación, vimos lo que sucedió en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos en Francia, la indignidad al Misterio de los Misterios del cristianismo y a lo que es sagrado para miles de millones de personas en todo el mundo", dice este Consejo de cristianos que viven en una zona volátil y busca un cuidado exquisito en el respeto a los sentimientos religiosos y entre las personas.
El espectáculo, dicen, "atestigua un desconocimiento total de los conceptos de libertad y dignidad humana, lo que es muy preocupante para el futuro de la humanidad", añade. "La libertad, la diversidad y la creatividad no pueden justificar insultar las creencias de los demás o burlarse de ellos, de una manera que no tiene nada que ver con los valores humanos", dice el consejo de los cristianos de Oriente Medio.
"El cristianismo fue el primero en preservar las libertades, proteger la diversidad y preservar la dignidad y los derechos humanos. Por eso no aceptamos que sea objeto de insultos por parte de ciertos grupos, sabiendo que todo ser humano es imagen y semejanza de Dios y que está llamado a la salvación", añaden.
Un cristiano ortodoxo y un gesto: Djokovic
Novak Djokovic, el gigante serbio del tenis, recibió muchos elogios de internautas cristianos en el primer día de los Juegos porque después de derrotar a Matthew Ebden en París mostró su collar con una cruz, como signo de homenaje o reconocimiento a Dios. Muchos lo alabaron en redes como “lo único rescatable de los Juegos Olímpicos de París 2024”, molestos por la grosera ceremonia inaugural.
Novak Djokovic es cristiano de la Iglesia Ortodoxa Serbia, una de las iglesias ortodoxas nacionales o autocéfalas. Varias veces ha hablado de que la fe es importante para él, que es antes cristiano que deportista, y difunde fotos en las que pone velas ante iconos con sus hijos o su esposa, que también es una cristiana devota. A menudo se le ve con una crucecita al cuello, a veces de madera, a veces de metal, en sus competiciones. También ayuda económicamente a monasterios.
Este lunes 29, Djokovic se impuso ante Rafa Nadal, el tenista español. Nadal se casó por la Iglesia Católica en 2019, pero nunca ha mostrado ningún interés por nada religioso y en 2009 decía cosas de oído como que "las religiones son culpables de las guerras", aunque no lo repitió después.