Tal y como informaba en las últimas horas el Servicio Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés), las clínicas de identidad de género ya no podrán tratar a los menores de edad con bloqueadores de la pubertad. Como se puede leer en su descripción sobre el tratamiento para la disforia de género, el motivo es del que multitud de especialistas llevan años alertando y por el que otros países europeos han tomado previamente la misma decisión: "No hay suficiente evidencia de seguridad y efectividad clínica".
"A los mayores de 16 años que hayan recibido bloqueadores durante un año se les permitirá recibir hormonas cruzadas, también conocidas como hormonas de afirmación de género", explica el NHS.
Daños irreversibles
Entre otros motivos, el servicio público recoge los "cambios irreversibles" que producen las hormonas en aspectos del desarrollo de senos motivada por la ingesta de estrógenos o la alteración de la voz por la testosterona.
También se suspende la dispensa de estas hormonas debido a que entre las consecuencias de su uso prolongado destacan la "esterilidad temporal o incluso permanente", mientras que aún se desconocen las consecuencias y riesgos alargo plazo de recibir hormonas cruzadas.
El añadido del NHS es tajante: "Se desaconseja encarecidamente que los niños, los jóvenes y sus familias obtengan bloqueadores de la pubertad u hormonas de afirmación de género de fuentes no reguladas o proveedores en línea que no estén regulados por los organismos reguladores del Reino Unido".
Respecto a los jóvenes de 17 años en adelante, se admite la posibilidad de ser atendidos en clínicas de identidad de género para adultos entre otras opciones. El NHS lo justifica alegando que a esta edad se podría tener "más seguridad para confirmar un diagnóstico de disforia de género".
En cuanto al tratamiento hormonal para adultos, se seguirá dispensando sin restricción, si bien se matiza que la "terapia" no está exenta de riesgos y efectos secundarios como "coágulos de sangre, cálculos biliares, aumento de peso, niveles anormales de grasa en sangre, alta concentración de glóbulos rojos o alopecia". Especialistas y estudios internacionales confirman que los riesgos podrían ser mayores, desarrollando un amplio abanico de ellos. Una de las últimas noticias al respecto es la confirmación de la relación entre las terapias hormonales transgénero y el cáncer.
La decisión ha sido calificada de "histórica" por el gobierno británico. Con ella, se confirma la tendencia de gobiernos europeos en la retirada de tratamientos de bloqueadores hormonales y de afirmación de género, como ya ha sucedido en Noruega, Finlandia o Suecia. Es un duro golpe para la industria de género británica, al que ha de sumarse el cierre en agosto de 2022 de la clínica Tavistock, que aceleraba los procesos de cambio de sexo en menores homosexuales y con problemas de salud mental. Fue también el servicio estatal de salud británico (NHS) quien ordenó el cierre del centro.
La decisión del cese en los tratamientos con bloqueadores de pubertad habría tenido lugar tras la consulta pública y una revisión independiente de los servicios de identidad de género para menores de 18 años encargada por NHS en 2020.
Celebrado por el gobierno
Rishi Sunak, primer ministro británico, ha celebrado la decisión del NHS y expresado su satisfacción ante la posibilidad de que de ahora en adelante la atención a los menores con disforia se base en la evidencia científica.
Del mismo modo lo celebró la ministra de Salud, María Caulfield, al señalar que la decisión permitirá que la atención a los menores se haga desde la evidencia científica. "Poner fin a la prescripción rutinaria de bloqueadores de la pubertad ayudará a garantizar que la atención se base en evidencia, en la opinión clínica de expertos y sea en el mejor interés del niño", señaló en unas declaraciones recogidas por The Independent.