La batalla del lenguaje es fundamental cuando el objetivo es imponer un relato determinado. Disfrazar algo intrínsecamente malo bajo un manto de palabras que intenten decir algo diferente es parte de la propaganda de los que defienden el aborto, la eutanasia o los vientres de alquiler, por poner tan sólo algunos ejemplos.
Quien promueve este lenguaje conoce perfectamente estas técnicas y sabe de la importancia de repetirlo una y otra vez hasta que las sociedad normalice este neolenguaje. Así el aborto es llamado “interrupción voluntaria del embarazo”, la eutanasia es vista como una “muerte digna”, alquilar vientres se llama “gestación subrogada” o el padre no es más que un “progenitor diferente de la madre biológica”.
Sin embargo, esta utilización del lenguaje está siempre en evolución y el aborto es un importante campo de batalla, pues es necesario deshumanizar al niño que morirá en el vientre de su madre para así justificar el aborto como un derecho.
Un ejemplo reciente es lo que ha ocurrido con ACOG (American College of Obstetricians and Gynecologists), en español Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, una de las asociaciones médicas más importantes de EEUU y con más de 60.000 afiliados en todo el continente americano.
Acaba de publicar este mes de marzo la “Guía sobre el lenguaje y el aborto”, donde entre otras cosas pide a los médicos que usen un lenguaje aséptico cuando traten el aborto y no digan nunca la palabra “bebé”.
“Gran parte del lenguaje que se usa coloquialmente para describir el aborto o discutir las políticas de salud que afectan el aborto tiene su base en la retórica antiaborto y es inherentemente sesgado e inexacto y, como mínimo, no es médicamente apropiado”, dice la guía, tal y como recoge Life Site News.
Ecografía 4D de un bebé en el seno de su madre
De este modo, instruye a los médicos sobre el “lenguaje preferible” a utilizar. Palabras como “bebé” o expresiones como “niño por nacer” no deben ser utilizadas según esta asociación médica pues consideran que este lenguaje “es médicamente inexacto” porque adelante un estado futuro que aún no se daría.
En su lugar, la guía pide usar la palabra “embrión” durante las primeras ocho semanas de embarazo y posteriormente “feto” hasta que nazca el bebé.
La ACOG alerta también de otras expresiones como “aborto por nacimiento parcial”, abortos tardíos en el tercer trimestre”, o términos como “aborto a demanda” o “aborto provocado”. En su opinión, no son adecuados.
Una defensa de los médicos abortistas
Incluso el término “abortion provider”, proveedor de abortos, es considerado en la guía como ofensivo pues considera que “los médicos que brindan servicios de aborto son expertos altamente capacitados que brindan a los pacientes una amplia gama de atención médica, de la cual el aborto es sólo una parte”.
Esta asociación médica intenta blanquear a los médicos abortistas, una minoría que no está bien vista entre el propio colectivo médico, y asegura que “usar esta expresión perpetúa el mito de que no son expertos médicos y que la atención del aborto es el límite de su experiencia”. En su lugar, debe decirse según la guía, “médico(s) que brindan servicios de aborto”.
Por supuesto, el término aborto por “desmembramiento” queda también vetado para estos ginecólogos. A su juicio, “referirse a este procedimiento médico como 'desmembramiento' es el uso intencional de un lenguaje inflamatorio y emocional y centra el procedimiento en el feto, en lugar de en la persona embarazada que es la paciente del médico”. Este mismo argumento incluye de por sí otra concesión más a la corrección política eliminando “mujer embarazada” por “persona embarazada”.
Asociaciones y médicos provida lo ven "absurdo"
Asociaciones y médicos provida han criticado duramente esta guía por querer ocultar la realidad cambiando el lenguaje. Jennifer Roback Morse, presidente del Ruth Institute, asociación internacional provida ha tachado estas recomendaciones como “algo absurdo”.
“Si una mujer visita a su obstetra/ginecólogo, el médico no pregunta: 'Entonces, ¿cómo está el feto?'”, critica Morse.
Jennifer Roback Morse, presidente del Ruth Institute
La presidente del Ruth Institute muestra las incongruencias de la ACOG y recuerda que “el aborto por nacimiento parcial es una descripción precisa de un procedimiento médico que mata a un bebé, disculpe, un feto. El niño nace parcialmente vivo antes de que se perfore el cráneo y se extraiga el cerebro. ‘Aborto a demanda' y 'aborto provocado' son expresiones utilizadas con frecuencia por los defensores del aborto”.
Morse señala que “los defensores de la revolución sexual, incluido el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, están cada vez más desesperados. Las encuestas de opinión muestran que la opinión pública se está moviendo en su contra, de ahí el absurdo intento de adoptar un lenguaje que encubra la realidad”.
Por su parte, la doctora Donna Harrison, directora ejecutiva de la Asociación Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos Provida, considera que “al tratar de usar términos que son lo más deshumanizantes posible para el niño no nacido, ACOG revela que la información médica precisa no es tan importante como repetir y afianzar la retórica de la industria del aborto”.