El domingo 11 de agosto finalizan los Juegos Olímpicos con una ceremonia de clausura sobre la que ahora empiezan a filtrarse detalles, aunque ya se sabían dos cosas preocupantes: que el responsable es el mismo Jolly, activista queer responsable de la inauguración y convencido de que se equivocan todos los que se ofendieron en tantos países, culturas y credos, y que se anuncia como original, distinta, espectacular, con elementos de distopía y de homenajes a los juegos griegos (todo lo cual suena mal en manos de Jolly, el hombre del Baco azul desnudo con fondo drag-queen).
La indignación por la ceremonia inaugural llevó a protestas de católicos, protestantes, coptos, siríacos, armenios, el Consejo Mundial de Iglesias, el gobierno de Costa Rica, los musulmanes de Al-Azhar (suníes), sus enemigos del régimen chií de Irán, los ortodoxos griegos y los rusos (que están en pleno conflicto entre ellos), asociaciones provida, el filósofo judío agnóstico Filkienkraut y el líder izquierdista francés Mélenchon, entre otros. Una gran variedad.
La alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, y otros políticos, lo han querido resumir como "extrema derecha europea", lo que, desde luego, no encaja con esa pléyade de colectivos indignados.
El Vaticano emitió una nota el pasado sábado tarde (es el momento de la semana en que se emiten las notas que no quieres que circulen mucho) lamentando, entristecido, que la ceremonia molestó a muchos creyentes de todo el mundo. Hay quien cree que la nota se emitió por presión de la diplomacia turca e iraní: ¿como es que se quejaban los Patriarcas armenios, asirios y caldeos, y Roma estaba callada? ¿Los gobiernos musulmanes podían ofrecerse como protectores del honor de Cristo, de Dios y de los creyentes del mundo? El turco Erdogan incluso telefoneó al Papa.
Pero lo cierto es que el COI no se disculpó, ni dio garantías de que algo así no se repetiría.
"Que la ceremonia de clausura no sea ofensiva"
Desde Barcelona, la Corriente Social Cristiana , después de organizar una oración de desagravio (cien personas online y una capilla llena) difundió esta semana un comunicado exigiendo "al COI garantías ante la comunidad internacional de que la ceremonia de clausura será segura, no será ofensiva y no incluirá manifestaciones ideológicas, religiosas ni antirreligiosas. Las verdaderas disculpas son las que buscan mejorar las cosas e impedir que se repita el daño".
"Las palabras de Anne Descamps ["si alguien se ofendió, lo siento mucho"] rezuman cinismo: la organización, sabiendo de lo que se trataba y siendo consciente de su responsabilidad, llega incluso a afirmar sin tapujos que la representación cumplió su objetivo. Pese a exaltarse como celebración comunitaria de la tolerancia, varios países han prohibido publicar en las redes sociales las escenas, por su trasfondo woke, sus guiños a la perspectiva de género y su propaganda del aborto. Se suceden reacciones contra la ceremonia incluso de comunidades no cristianas ante esta violación del artículo 50 de la Carta Olímpica que prohíbe manifestaciones religiosas y políticas en eventos olímpicos", insiste la nota de Corriente Social Cristiana.
"La afirmación «si la gente se ha sentido ofendida, por supuesto que lo lamentamos mucho» suena hueca y profundamente insincera y busca disimular lo que solo es una burda justificación. El Comité Olímpico Internacional debe rectificar de manera inmediata y pedir disculpas públicamente al más alto nivel, tal como lo hizo sin ir más lejos el pasado 27 de julio cuando su presidente, Thomas Bach, ante la confusión durante el desfile inaugural al anunciar al equipo de Corea del Sur, telefoneó al presidente surcoreano, «se disculpó sinceramente por el error» usando hasta 3 veces la palabra «error» y el COI se declaró oficialmente «profundamente apenado». Esperamos idéntica reacción en este caso", remata Corriente Social Cristiana.
Algunos dirán que por pedir que no quede, pero ¿por qué el COI pide perdón en serio a Corea por un nombre equivocado y no a los creyentes del mundo?
Clausura: megagala, efectos y fuegos artificiales en el Stade de France
Thomas Jolly, el activista queer responsable de la grosera e ideologizada inauguración woke es también el responsable de la clausura, que ha titulado "Records". Se vende como una mega gala visual y tecnológica que involucra a más de 100 artistas (acróbatas, bailarines, estrellas circenses y cantantes internacionales), con mucha tecnología y aspectos aéreos (nadie ha dicho "drones" pero muchos piensan en eso). Tiene lugar en el Stade de France, con capacidad para 80.000 asistentes.
“Es un espectáculo muy visual, muy coreográfico, muy acrobático y con una dimensión operística para dar un gran fresco visual”, ha señalado Jolly.
Se dice que se homenajea "cuando la arquitectura formaba parte de las Olimpiadas". Cuenta la historia de un mundo futurista donde los Juegos Olímpicos han desaparecido. Probablemente unos héroes o un espíritu olímpico los rescate. Es más fácil sospechar que los malos tengan pinta de cristianos a que se parezcan al Ojo sin Párpado de El Señor de los Anillos. “He diseñado un show en el que los Juegos Olímpicos desaparecen de nuevo y entonces viene alguien y los encuentra”, explicó el activista queer.
Actuarán dos grupos musicales franceses con tirón internacional, el grupo Air y el grupo Phoenix (que canta en inglés y lidera el marido de la cineasta Sofia Coppola).
Tom Cruise: ¿la Cienciología guiña a Francia?
Además, el actor Tom Cruise simbolizará el paso del relevo entre París y los juegos de Los Ángeles. La estrella participará en una secuencia de acción y riesgo de siete a ocho minutos organizada por los estadounidenses justo antes de los discursos protocolarios. ¿Promoción de la Cienciología, en la que milita Cruise, precisamente contra una Francia que ha sido muy estricta e insistente contra esta organización sectaria?
El presidente de París 2024, Tony Estanguet, que nunca ha pronunciado ninguna palabra sobre las críticas a la inauguración ni ha pedido perdón por ella, ha señalado que la ceremonia de clausura será “innovadora, sorpresiva y brillante”. Habrá desfile de banderas, presencia de mascotas y atletas y relevo de la bandera olímpica.
Queda por ver cuánta ideología woke, abortista, polisexual, anticristiana y feísmo queer se inocula en esta nueva dosis, o si se habrá rebajado un poco ante las quejas de un público mundial harto de ser insultado y adoctrinado.