El caso de Asia Bibi fue una especie de bandera que saltó al plano internacional y que todo el mundo pudo ver. Pero como ella, el resto de cristianos de Pakistán vive en una constante discriminación, y no solo los mayores de edad, sino también los menores en sus propias escuelas. Es el caso de Noman, un joven católico que vive en Karachi, la ciudad más poblada de Pakistán. En una entrevista que tuvo con Ayuda a la Iglesia Necesitada habló de la discriminación y los malos tratos que sufrió en la escuela pública a causa de su fe católica. En cuanto supieron que era cristiano, la sentencia estaba echada: su profesor y el director de colegio le prohibieron presentarse a los exámenes.
Noman es aparentemente un chico normal: actualmente estudia Empresariales, y entre sus pasatiempos están el cricket y el fútbol, pero como señala él: “Soy cristiano”. Es verdad que nadie en su familia ha sido secuestrado o ha sido víctima de violencia, como sí lo han sido otros cristianos a los que a menudo se les acusa falsamente de blasfemia, “pero sí he sufrido discriminación por parte de mis compañeros de clase y profesores debido a mi religión”, comenta.
Niños en una escuela de Pakistán (foto Ayuda a la Iglesia Necesitada)
Los profesores, los primeros en discriminar
Con tristeza, Noman recuerda que “en una ocasión, cuando avisé de que un compañero musulmán hacía trampas, el profesor me dijo: ‘Él no hace trampas. Fuiste tú”. A partir de ese momento, la reacción del ambiente del colegio cambió totalmente, entrando en una especie de espiral totalmente inesperada. Comenzaron los insultos: “El compañero me llamó bhangie, lo que significa ‘barrendero’ o ‘limpiador de alcantarillas”, recuerda con dolor.
Después el compañero se burló de él y habló de forma irrespetuosa sobre su fe cristiana. Los cristianos pakistaníes están acostumbrados a morderse la lengua: “Yo, en cambio, no pude responder de la misma manera, porque de hacerlo, me podrían haber acusado de blasfemia, y mi familia habría sufrido las consecuencias. Así que guardé silencio”.
“Tanto mi profesor como el director eran conocedores de esta situación -continua-. Mi madre fue llamada para hablar con mi profesor, pero no estuvieron dispuestos a escuchar mi versión de los hechos. Incluso se negaron a darme un formulario que la escuela requería para los exámenes”, lo que supuso la perdida de un año completo de los estudios de Noman.
Dios, en la vida de los cristianos perseguidos
Si algo caracteriza a los cristianos cuando son minoría y discriminados, es su relación tan especial con Dios. Noman sigue explicando que está “agradecido a Dios, pues no ha abandonado a mi familia”. Y pone un ejemplo que todavía sigue acompañándole el día de hoy: “Dios estaba allí cuando un amigo de mi madre se ofreció para pagar mi educación, porque mis padres no podían hacerlo en ese momento”. Y de todo este tiempo, “el momento más feliz de mi vida fue cuando terminé el Bachillerato. Soy la primera persona que lo ha logrado en mi familia”, explica con orgullo.
Lo cierto es que con grandes esfuerzos, pero con ese agradecimiento, ahora Noman estudia Empresariales en una universidad pública: “Asisto a clases durante la mitad del año, y la otra mitad la paso trabajando como vendedor en un centro comercial, porque a mi padre le resulta difícil cubrir todos los gastos de subsistencia de la familia. Incluso en las dificultades, Dios nunca me ha abandonado -explica-: siempre me ha ayudado y amado. Dios y mi familia, especialmente mi madre, son las razones de mi felicidad”.
La vida de los cristianos en Pakistán está construida sobre la fe. Son conscientes de las dificultades que supone ser cristiano en un país claramente musulmán, creado para musulmanes: Noman explica esperanzado que “a pesar de lo que he experimentado, creo que tendré éxito. Y cuando me preocupo, recito el Salmo 23 (El Señor es mi pastor…), además, siempre llevo un rosario conmigo”.
Noman pide que se ayude a los cristianos de Pakistán facilitándoles el acceso a la educación. Eso les ayudará a salir de su marginación (foto Ayuda a la Iglesia Necesitada).
La educación, base para que el progreso de los cristianos
Uno de los grandes problemas que tienen las minorías como la cristiana en este tipo de países son básicamente la imposibilidad de acceder a la educación fundamental que les ayude a salir su marginalidad.
Se trata de una deuda de Occidente, y de los cristianos mismos con sus hermanos de fe en Pakistán. Noman, con cierto dolor, explica que “los países occidentales deberían apoyar a los estudiantes cristianos pakistaníes pobres con alojamiento y oportunidades académicas, para que al menos puedan llevar una vida mejor y más estable”.
La realidad es que el ambiente se hace cada vez irrespirable, es el caso de Asia Bibi teniendo que exiliarse a Canadá después de años de cárcel injusta, pues de lo contrario, como explica Noman “no tengo ninguna esperanza de que las minorías de Pakistán permanezcan en el país”. Este joven estudiante de empresariales, si pudiera hablar con los líderes del mundo les pediría una sola cosa: “Educación gratuita para nuestros hijos”.