El científico chino Jiankui He ha provocado un enorme escándalo en toda la comunidad científica tras anunciar esta semana que por primera vez han nacido dos bebés modificados genéticamente. Se trata de dos hermanas gemelas cuyos embriones fueron modificados con la técnica CRISPR-Cas9 y después implantados en el útero de la madre.
Pese a que no hay evidencias científicas de lo que ha anunciado pues no lo ha publicado en ninguna revista científica, este investigador asegura que lo hizo para ayudarlas a resistir una posible infección futura de VIH.
Sin embargo, la comunidad científica casi al completo, empezando por su propia universidad, han clamado contra la actuación de Jiankui por utilizar dos niñas como cobayas humanas y por las tremendas implicaciones éticas de su actuación.
"Es monstruoso"
“Si es cierto, este experimento es monstruoso”, declaró a la agencia Reuters Julian Savulescu, director del Centro de Ética Práctica de la Universidad de Oxford. “Estas bebés están siendo utilizadas como cobayas genéticas”. Es “prematuro, peligroso e irresponsable”, dijo Joyce Harper, especialista en medicina reproductiva del University College de Londres, en la web de la revista Nature.
“Dado el estado actual de [esta] tecnología, soy partidario de una moratoria en la implantación de embriones editados”, terció en un comunicado Feng Zhang, pionero de la técnica de edición genética en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (EEUU).
Por su parte, Bruno Dallapiccola, genetista y director científico del Hospital Bambino Gesù de Roma, asegura a Tempi además que “las tijeras que se utilizan para cortar y modificar el ADN no son 100% precisas. Se sabe que no se cortan sólo en el gen de interés para realizar la corrección deseada, sino también en otras partes del genoma. Como resultado, pueden proporcionar cambios funcionales en el genoma cuyos efectos son desconocidos, y sólo se descubrirán con el paso del tiempo”.
A su juicio, lo hecho por el científico chino es una “locura”.
Mutaciones indeseadas que serán transmitidas a otras generaciones
Precisamente, numerosos científicos aseguran que la técnica CRISPR-Cas9 tiene dos graves inconvenientes si se aplica a embriones. Por un lado, puede producir mutaciones indeseadas en regiones del genoma distintas a las que se quieren editar. Por otro, estas mutaciones indeseadas se transmitirán a las generaciones siguientes con consecuencias imprevisibles.
Bruno Dallapiccola denuncia además que “en prácticamente todas las legislaciones del mundo está prohibido inducir modificaciones que sean transmisibles a las generaciones futuras, como en este caso. Necesitamos hacer una reflexión muy minuciosa y muy seria”.
Este científico italiano habla de estas implicaciones éticas: “¿Quién de nosotros puede reclamar el derecho de decidir qué genoma es correcto? Todos somos imperfectos a nivel genético. Cada uno de nosotros lleva mutaciones en los genes de la enfermedad. Todos somos portadores sanos de un par de docenas de genes de enfermedades. Somos portadores sanos de cientos de variaciones genéticas que nos llevan a la susceptibilidad a las enfermedades más grandes y complejas, muchas de las cuales intervendrán en la vida adulta. Así que la utopía de poder "crear" el sujeto genéticamente perfecto no está ni en el cielo ni en la tierra”.