Lo que parecía hace años una extravagancia que nunca se llevaría a cabo, ha terminado imponiéndose en algunos colegios que ceden a la presión del lobby LGBTIQ+ y suprimen la distinción entre baños para niños y baños para niñas. Las consecuencias que romper con el sentido común y la naturaleza tiene para la salud física y emocional, sobre todo de las niñas, empiezan a ser evidentes y advertidas por los médicos, como cuenta Jonathon Van Maren en LifeSiteNews:
Sigue la reacción contra los baños de género neutro exigidos por los activistas transgénero. A principios de este mes leí una historia en la última edición de The Atlantic, escrita por un padre que narraba el caos que se ocasionó cuando la escuela donde van sus hijos decidió, sin consultarlo con los padres, eliminar el género en los baños de los estudiantes. Este padre -progresista- describe el profundo malestar entre los estudiantes, algunos de los cuales sencillamente se negaron a utilizar el baño mientras estaban en el colegio y decidieron esperar a llegar a casa.
"Cuando la guerra cultural viene a por los niños" es el largo pero imprescindible artículo al que hace referencia Jonathon Van Maren. Fue publicado en The Atlantic por uno de sus redactores, George Packer, quien cuenta su propia experiencia como padre de ideas progresistas que busca un colegio para sus hijos, y su desesperación al tener que elegir entre una meritocracia brutal y carísima, o la sumisión a las ideologías más radicales impuestas por una minoría, con los niños como ratones de laboratorio: "En ocasiones el nuevo progresismo, con eso de estar a la última, huele a siglo XVII, con su caza de brujas, sus denuncias de pecado y sus expiaciones públicas. La atmósfera de coacción mental en los medios progresistas, la autocensura y el temor a ser humillado en público, la intolerancia hacia los disidentes... son propias de una política nada progresista". Pincha aquí para leer el artículo.
Según el Daily Mail, estas políticas están teniendo un impacto similar en el Reino Unido, donde los baños de género neutro "hacen que las jóvenes se sientan inseguras e inclusa pongan en riesgo su salud", según cuentan los profesores y los padres. De hecho, informan que en las escuelas primarias y secundarias donde se ha puesto en marcha la política del baño de género neutro se ha observado que las chicas "que están con la menstruación sienten una gran ansiedad ante la idea de compartir el baño con chicos, por lo que deciden quedarse en casa por temor a ser avergonzadas por tener el periodo". Algunas incluso "están corriendo el riesgo de coger infecciones al evitar hacer pipí durante todo el día". Otras evitan beber durante las horas que permanecen en el colegio.
Esto ha llevado a los médicos y a los políticos a hacer un llamamiento a los colegios que estaban empezando a poner en marcha la política de baños de género neutro para que detengan su implementación. La Dra. Tessa Katz ha declarado que "no orinar durante periodos prolongados de manera regular aumenta el riesgo de infecciones urinarias y de vejiga en las chicas". Los profesores y los padres han declarado que las chichas se sienten "profundamente incómodas, e incluso inseguras, por el hecho de compartir el baño con estudiantes masculinos", por lo que detener la política de baño de género neutro es necesario "para prevenir cualquier daño a las estudiantes".
Según Katz, "los efectos psicológicos que puede causar en las chicas el hecho de no sentirse seguras por utilizar los baños unisex son... preocupantes". Los padres se sienten, justamente, indignados. Sobre todo porque la mayoría no fueron informados del cambio, lo supieron cuando sus angustiados hijos llegaron a casa y les dijeron lo que estaba pasando. Los padres de los estudiantes de la Deanesfield Primary School, en South Ruislip, al oeste de Londres, han lanzado una petición. La madre de dos niñas de cuatro y ocho años de edad le ha contado al Mail que los nuevos baños tienen muros separadores "que no llegan al suelo y al techo, por lo que los estudiantes más mayores pueden subirse a los retretes y mirar por encima".
La organización Transgender Trend, que defiende los derechos de los padres, está intentando representar a los padres en sus preocupaciones, y su portavoz, Stephanie Davies-Arai, ha resaltado que muchas escuelas han sido engañadas por los activistas transgénero, que les han hecho creer que era contrario a la ley no cambiar a los baños de género neutro, lo que no es el caso.
Stephanie Davies-Arai, portavoz de los padres que defienden a sus hijos de la ingeniería social que se practica con ellos.
David Davies, miembro conservador del Parlamento, ha instado a los colegios a cuidar y atender mejor a las necesidades y preocupaciones de las estudiantes, afirmando tajante que "si las chicas no se sienten cómodas de compartir el baño con los chicos, entonces las escuelas deben proporcionarles baños, en lugar de decir que son problemáticas".
Ya es suficientemente terrible que tantos niños se sientan confundidos por la ideología de género fluido a la que son introducidos en los colegios, lo que causa que muchos de ellos empiecen a creer que han nacido en el cuerpo equivocado. (Como ha informado recientemente Sky News, cientos de jóvenes están intentado encontrar el modo de volver a su "sexo de nacimiento" después de haber hecho la transición). Ahora son los niños quienes, con mayor frecuencia, están siendo perjudicados y trastornados por los nuevos experimentos sociales que los adultos les imponen, por lo que se sienten forzados a contrarrestar esta veloz tendencia social. Hay adultos dementes que se han olvidado por completo del orden natural de las cosas, pero los niños viven con la realidad del mundo tal como es, no como un puñado de increíblemente poderosos activistas quieren que sea.
Como siempre, las cobayas salen siempre perjudicadas y destruidas de los experimentos.