Los esfuerzos de los últimos días del arzobispado de Burgos por acercarse a las monjas rebeldes de Belorado (Burgos) parece que están siendo infructuosos. La negativa a colaborar por parte de las hermanas es total y la situación se empieza a complicar aún más.

Antes de la medianoche del lunes al martes las monjas debían haber entregado al arzobispado las llaves del convento de Belorado, tal y como se había solicitado, pero no lo hicieron. José Ceacero, coctelero en Bilbao antes que cura y portavoz oficioso de las monjas, comentó ante los medios: "Si no me han entregado las llaves a mí, que no puedo abrir la verja, cómo se las van a entregar a otra persona".

Cuestión de carácter económico 

En una de sus intervenciones, Ceacero ha recordado el Manifiesto Católico que publicaron las hermanas renunciando a la Iglesia Católica, y una carta pública, como prueba de que "ya no reconocen la autoridad del arzobispo", por lo tanto no se van a someter a ella, porque sería una incongruencia. De ahí que tampoco tengan intención de atender el requerimiento para que se presenten ante el Tribunal Eclesiástico para reafirmarse y retractarse de lo que el Código de Derecho Canónico considera un cisma, que acabaría en la excomunión.

Ceacero, miembro de la Pía Unión del obispo Rojas, añadió que la denuncia contra Mario Iceta –arzobispo de Burgos y, desde hace unos días, comisario pontificio de los conventos de las monjas de Belorado– "por abuso de poder y por usurpación de la representación legal", sigue adelante.

Las clarisas rebeldes, alineadas con la Pía Unión de San Pablo Apóstol, han incumplido de esta manera el primer ultimátum, pero, al inicio de la próxima semana vencerá la fecha límite para el segundo: deberán decidir si siguen alineadas con la Pía Unión y el obispo Pablo de Rojas, lo que conllevaría su excomunión, o si pertenecen a la Iglesia Católica.

Ceacero, miembro de la Pía Unión del obispo Rojas.

Como la excomunión para la Iglesia es siempre personal y no comunitaria, el arzobispado ha evitado meter a todas en la misma categoría. De las quince religiosas que han aparecido en torno a esta polémica, cinco han evitado manifestarse de forma pública, de manera que la Iglesia ha optado por dejarlas al margen.

Sin embargo, otras tres, las que denunciaron al arzobispo Iceta, tendrán que comparecer en el tribunal eclesiástico a comienzos de la próxima semana, probablemente el lunes (el plazo otorgado, en sí, concluye el domingo) para que este órgano decida su eventual excomunión. El ultimátum para las otras siete monjas, finalmente, concluye el día 21.

Al parecer, las monjas rebeldes, apoyadas por la Pía Unión, se enfrentan al arzobispado de Burgos por una cuestión de carácter económico: le acusan de haber bloqueado una operación inmobiliaria para comprar el monasterio de Orduña, vendiendo antes otro situado en Derio (Vizcaya). Por el momento, al haber caducado el mandato de la, hasta ahora, madre superiora, y estar comisariadas, sus cuentas bancarias están intervenidas por el obispo Iceta, lo que no significa que no puedan cumplir con pagos, comprar alimentos, etc.

 
 
 
Ver esta publicación en Instagram
 
 
 

Una publicación compartida de Pia Unio Sancti Pauli Apostoli (@piauniosanctipauliapostoli)

Puedes ver aquí el Te Deum que realizó el obispo De Rojas con las clarisas de Belorado.

"Esto va a ser una guerra larga, no se va a resolver en dos días como ellos pretenden. Se ganarán o se perderán batallas, pero ya se verá quién gana", adelantó el cura Ceacero, que también apunta a que es posible que las religiosas deban hacer unos nuevos sacramentos y nuevos votos de vida contemplativa.