Elon Musk, el magnate de Tesla, considerado el hombre más rico del mundo en 2024 según Forbes, no es un gran poeta ni filósofo, pero eso no le impide publicar en X (antiguo Twitter, hoy de su propiedad) un poemilla de 6 versos sobre el vacío que deja el ateísmo y cómo la religión protege de la tristeza:
"Atheism left an empty space / Secular religion took its place
But left the people in despair / Childless hedonism sans care
Maybe religion’s not so bad / To keep you from being sad"
Se puede traducir (con rima fácil en infinitivo) como:
"El ateísmo dejó un vacío,
la religión secular tomó su lugar
pero dejó a la gente desesperar,
un hedonismo sin niños y sin cuidar,
quizá la religión no está tan mal
para protegerte de triste estar".
Nadie ha intentado analizar el genio poético del magnate (escaso por ahora), pero muchos han empezado a analizar las ideas que pone sobre la mesa: que la religión parece eficaz al proteger al hombre de la tristeza, y que la falta de religión va ligada a la falta de esperanza, la falta de hijos y el hedonismo.
En menos de 10 horas, el tuit enseguida logró los 100.000 "me gusta" y casi 13.000 comentarios.
Lo que demuestra la ciencia sociológica
Parece claro que en casi todo el mundo, las personas que declaran ser practicantes de su religión tienen más hijos que las que solo declaran una vaga afiliación religiosa o que los no creyentes.
Un repaso a la web del INE, por ejemplo, mostraba que en 2024, entre las mujeres en España de 15 a 49 años, entre las católicas practicantes, un 41% tenían uno o dos hijos, y un 17% tenían 3 o más. En cambio, entre las que decían ser no creyentes, sólo un 31% tenían uno o dos hijos, y sólo un 5% tenían tres o más.
Ser católico practicante multiplica por tres la probabilidad de formar una familia numerosa.
En España, las católicas practicantes sin hijos son un 41%; las no creyentes sin hijos son un 60%. Así, la increencia hace que aumente en un 50% el número de mujeres sin hijos.
Por supuesto, se puede matizar este efecto contrastando con su nivel económico y edad, pero parece que bloque a bloque el resultado sería similar (estos datos del INE cubren sólo hasta los 49 años, no habla de los hijos de mujeres "de otras épocas").
Elon Musk, Jordan Peterson, natalidad y valores
Durante mucho tiempo, Elon Musk declaraba ser ateo o al menos agnóstico, pero en los últimos años está replanteándose algunas cosas. En una entrevista en julio con el psicólogo Jordan Peterson, que es un agnóstico que admira la Biblia y el cristianismo y cuya mujer e hija se han hecho cristianas recientemente, Musk ya se definía como “cristiano cultural” y a Jordan Peterson le aseguraba que él, Musk, era “gran creyente en los principios del cristianismo”. Parecía referirse, sobre todo, a los principios éticos y morales cristianos.
El tema de la natalidad que menciona en el poema lo ha mencionado Musk en otras ocasiones. En unas jornadas en Italia en 2023 habló del problema del envejecimiento de un mundo con pocos niños. "Si las personas no tienen hijos, no habrá una nueva generación. Es importante expandir la humanidad y crear un futuro brillante y emocionante. La disminución de la tasa de natalidad es algo deprimente", dijo entonces.
La religión protege de tristeza y depresión
Otro tema que plantea el poemilla de Musk es que con religión hay menos tristeza. La sociología ha estudiado con cientos de estudios la relación entre depresión y religiosidad (por ejemplo, este macroestudio de 2012 repasando 450 estudios previos) y hay un claro consenso a favor de que la religiosidad reduce la tristeza y depresión y ayuda a recuperarse de ellas:
- sea porque genera hábitos sanos,
- sea porque aporta comunidades que acompañan,
- sea porque da herramientas espirituales para afrontar la dureza de la vida.
Por supuesto, una cosa es decir que la ética cristiana es socialmente beneficiosa, y otra cosa es decir que Cristo ha resucitado, que Dios es Trino, que la confesión quita el pecado y, en general, que la doctrina cristiana es verdadera. Pero los que creen en lo segundo, intentarán vivir según lo primero.
Los agnósticos que dicen "sí, necesitamos cristianismo"
En los últimos años, pensadores agnósticos, a veces incluso anticristianos, señalan peligros que amenazan a la sociedad: el ateo Michel Onfray denuncia el peligro del transhumanismo, Jean-Marie Rouart habla del islamismo mientras que Patrick Buisson alerta sobre “el universo tecnológico desprovisto de humanidad”. El agnóstico Houellebecq ha advertido de la eutanasia con la que se “autodestruye” Occidente.
Más cercanos al cristianismo, desde un agnosticismo que alaba la ética cristiana, son figuras como Niall Ferguson, Jordan Peterson, Roger Scruton, Tom Holland, Douglas Murray...que avisan: Occidente se debilita mucho, y sin cristianismo podría hundirse del todo.
Uno de los casos más sonados de los últimos años ha sido el de la somalí Ayaan Hirsi Ali, a la que han llamado "la Voltaire negra" y "la diva del Nuevo Ateísmo" (y esposa del mencionado historiador Niall Ferguson). En noviembre de 2023 anunciaba que se hacía cristiana porque cree que sólo el cristianismo puede hacer frente al Islam, a los totalitarismos y a "la expansión viral de la ideología woke, que está devorando la fibra moral de la nueva generación".
Además, dijo, "la vida sin un consuelo espiritual es insoportable, de hecho, cercana a lo autodestructivo. El ateísmo fracasa a la hora de responder una pregunta sencilla: ¿cuál es el significado y propósito de la vida?"
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