La eutanasia ha comenzado su recorrido legal en España, como siempre con promesa de excepcionalidad. Papel mojado, como muestra la experiencia holandesa que recoge Leone Grotti en Tempi.

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La comisión de control de la eutanasia en Holanda ha enviado a todos los médicos del país el nuevo código de conducta, que tendrán que seguir en lo que atañe a la "buena muerte".

Respecto al de 2015, hay una novedad importante: los achaques normales que llegan con la vejez son suficientes para pedir y obtener la inyección letal.

En el documento de 138 páginas se lee: "Si un paciente quiere recibir la eutanasia, sus sufrimientos deben ser de naturaleza médica. Pero no tiene que tener obligatoriamente una patología terminal. La acumulación de dificultades típicas de la vejez –como problemas de visión, auditivos, osteoporosis, artritis, problemas de equilibrio, declive cognitivo– pueden causar sufrimientos insoportables sin perspectivas de mejoría. Si una o más condiciones causan al paciente un sufrimiento que este considera insoportable", se debe autorizar la eutanasia.

¿Eutanasia porque sí desde los 75 años? No: a cualquier edad

El año pasado había causado sensación el intento de aprobar en el Parlamento la ley "Vida completa", que daba a todos los individuos mayores de 75 años, prescindiendo de las condiciones físicas y psicológicas, el derecho a obtener la eutanasia. La ley había sido pospuesta al menos 18 meses, a causa de la gravedad de las implicaciones de la norma y el desacuerdo entre los partidos políticos.

El nuevo código de conducta aprobado por la comisión de control de la eutanasia no sólo anula esa ley, sino que la supera, porque las condiciones típicas de la vejez enumeradas y por las cuales es posible recurrir a la "buena muerte" pueden aparecer antes de los 75 años.

En el documento se resalta además que "el criterio es totalmente subjetivo, porque lo que es soportable para un paciente puede no serlo para otro".

El papel del médico, en este caso, es de mero ejecutor, dado que sólo se le pide que "se ponga en el lugar del y de parte del paciente".

La ley "para casos excepcionales" servirá para todo

De esta manera se da un vuelco no sólo al papel de la medicina, sino también al de la ley, que en 2002 había sido aprobada sólo para esos "casos excepcionales" en los que el paciente, enfermo terminal, tenía una perspectiva de vida no superior a los seis meses.

De izquierda a derecha, Albert Rivera, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, los rostros de la eutanasia en España. La imagen corresponde a un debate ante las elecciones del 20 de diciembre de 2015. Rivera e Iglesias posan premonitoriamente en la sede de El País como acólitos del proyecto eutanásico del ahora presidente del Gobierno.

El nuevo código de conducta ha sido aprobado después de que el ministerio de Justicia iniciara la investigación de cinco médicos acusados de negligencia e irregularidades en la aplicación de la ley. En especial, ha sido acusada la tristemente célebre clínica Levenseinde [Fin de la vida], que concedió la eutanasia a una mujer de 84 años que no tenía ninguna patología especial, con excepción de una dificultad creciente de deambulación. Su médico de cabecera le había negado la inyección letal, y le había propuesto una serie de cuidados alternativos; ella se había opuesto y pidió la eutanasia a la clínica, que la llevó a cabo un mes después de que la solicitara.

Casos de eutanasia declarados en Holanda desde la legalización en 2002: en quince años se han más que triplicado, de 1882 a 6585 y sin contar los que no se declaran. Gráfico: Tempi.

Ante dicha tergiversación de la ley, es imposible no hablar de esa "pendiente peligrosa" que muchos partidarios de la eutanasia descalifican como falaz.

Cuando se abre, aunque sea de manera imperceptible, la puerta a la idea de que las vidas no tienen todas el mismo valor y la vida frágil y enferma puede ser eliminada, cerrar la puerta es ya imposible.

Holanda demuestra que esa puerta se abre de par en par cada vez más y lo dicen también los números: en 2002 murieron con eutanasia 1.882 personas; en 2017, 6.585, es decir, el 250% más.

Hoy en día, el 4,4% de las muertes en Holanda son debidas a la eutanasia.

Las inyecciones letales suministradas aumentan desde hace 15 años, igual que lo hacen los abusos, que a menudo son tolerados.

Además, según un estudio del New England Journal of Medicine, titulado "Decisiones sobre el final de la vida en Holanda", no se informa sobre aproximadamente el 23% de los casos de eutanasia, por lo que en 2017 los muertos habrían sido 8.100.

(Traducción del italiano por Helena Faccia Serrano)