Colau, en el acto de presentación del nuevo nombre, calificó de “facha” al almirante de la Guerra de Cuba al que retiraron la calle pese a que murió décadas antes del nacimiento de los fascismos, mientras honraba con su calle a Rubianes, que desató una gran polémica en el pasado al insultar a España.
Muchos vecinos están molestos por el cambio de calle y por el hecho de que no se les consultase ni sobre la censura al almirante Cervera ni sobre el nuevo nombre.
“No veo que este hombre [Pepe Rubianes] hiciera nada por el barrio; lo he visto sólo de paseo, y hay gente que ha hecho más que él”, decía un vecino en La Vanguardia de este lunes 16 de abril.
Los dueños de un restaurante del barrio afirmaban en La Vanguardia algo compartido por gran parte del vecindario. Puestos a cambiar el nombre la persona más indicada para homenajear sería precisamente un sacerdote, mosén Pau Caldés, que durante medio siglo fue párroco de Sant Miquel, la iglesia del barrio.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en la Barceloneta ya con la calle con el cambio de nombre
Este religioso era querido por todos los vecinos de La Barceloneta y falleció en 2015 cuando le faltaban dos días para cumplir 99 años. Hasta poco antes de su muerte siguió celebrando misa y ayudando a los vecinos.
Este religioso convirtió el templo en el centro del barrio, desde donde además se ayudaba a todo el que lo necesitaba del entonces humilde vecindario.
Los católicos, pero también los agnósticos y ateos de la Barceloneta, destacaban siempre de él cómo se volcó con los pobres, los drogadictos, los ancianos que vivían solos.
Los vecinos, recoge un artículo publicado en El Periódico tras su fallecimiento, afirmaban que donde no llegaban las autoridades ahí aparecía el párroco, que podía presumir de haber bautizado y casado a media Barceloneta.
Era una institución en el barrio pero insuficiente para Ada Colau, cuyo anticlericalismo le impide conceder la calle a un sacerdote, aunque sean los propios vecinos los que la pidan.
Este religioso ingresó en el seminario antes de que comenzara la Guerra Civil española. "Mosén Pau, perseguido en la contienda por cura, logró cambiarse de identidad y cuando lo mandaron al frente, para no tener que empuñar un arma, le ocurrió decir que era estudiante de Medicina. Pues, hala, a remendar heridos en el hospital de Santa Elisa, en Espiel (Córdoba)", recuerda El Periódico.
Posteriormente, ya como sacerdote estuvo un tiempo en el Vendrell antes de que llegase a la Barceloneta, el barrio que le ganó el corazón y que le recuerda agradecido.