Por un lado, el tripartito de izquierdas que gobierna Callosa (PSOE, IU y Somos), con el apoyo explícito de la Generalitat valenciana (en manos de las mismas formaciones), que quieren quitar la gran cruz a la entrada de la parroquia. Por otro lado, los parroquianos y los vecinos de Callosa (provincia de Alicante), que aman a esa cruz ante la que se han hecho mil fotos de bodas, bautizos y comuniones.
Ya tres veces la gente ha salido a llenar la plaza e impedir entrar a grúas, camiones y operarios para que no la retiren.
Desde hace un año, los vecinos hacen turno en la plaza, sin abandonarla: allí, sentados, rezan, toman pastitas, juegan a cartas, charlan... Protegen su cruz.
Ahora las autoridades amenazan con volver y los vecinos quieren saber las fechas exactas para actuar, aunque se les ha denegado el permiso para concentrarse.
Los vecinos, representados por la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Cruz, presentaron este martes un escrito de apelación al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) para bloquear la anunciada iniciativa del Ayuntamiento de retirar la cruz. El TSJC respondió en 24 horas que no aprueba medidas cautelares para impedirlo (el tribunal considera que la Plataforma no ha demostrado ni si quiera con indicios que la retirada del monolito vaya a llevarse a cabo la próxima semana), pero dice a las autoridades que si quieren quitar el monolito antes del 31 de enero, han de notificarlo a los jueces.
El TSJCV ha ordenado saber si la retirada de la Cruz se hará antes del 31 de enero porque ese es el día en que la sala tiene pensado deliberar acerca del procedimiento que la plataforma mantiene contra el Ayuntamiento.
Por el momento, la Subdelegación de Gobierno ha negado el permiso a los vecinos para concentrarse en la plaza a partir del 29 de enero, algo que los vecinos han recurrido. Sospechan que esas son las fechas en las que las autoridades enviarán a sus operarios.
Mientras tanto, la Conselleria de Cultura de la región valenciana, bajo control de las mismas formaciones de izquierda que el Ayuntamiento de Callosa, apoya explícitamente la retirada de la Cruz, a la que considera "un elemento de exaltación de la Guerra Civil y la dictadura" y, según fuentes de la Conselleria, porque "impide la adecuada visualización de la iglesia (de San Martín) que es Bien de Interés Cultural (BIC)". Incluso ha enviado a su Directora de Patrimonio a escenificar una reunión de apoyo con el alcalde socialista.
Los vecinos responden que a ellos la cruz no les impide ninguna visualización, que es normal que haya una cruz junto a una iglesia y que si la iglesia es Bien de interés Cultural se debe, precisamente, a la cruz.
Muchos señalan que para los políticos de izquierda que gobiernan la excusa de la Cruz es una forma de hablar de temas ideológicos (laicismo, franquismo y guerra civil) para distraer la atención de su gestión de gobierno en temas prácticos de los ciudadanos.
Mientras tanto, la diócesis de Orihuela-Alicante reclama que, en realidad, la propiedad de la Plaza de España, donde está la cruz, es de la Parroquia de San Martín y se niega a trasladar el monumento ni a llevarla al cementerio parroquial.
Desde hace un año los vecinos y parroquianos montan guardia cada día junto a la Cruz, haga frío o calor, para evitar que la retiren
Por su parte, el alcalde socialista, Fran Maciá, se ha reunido también con el subdelegado de Gobierno, José Miguel Saval, para pedir refuerzos, es decir, más fuerzas policiales, con las que forzar la confiscación de la cruz.
La Generalitat se remite, para quitar la cruz, a la Ley autonómica de Memoria Histórica implantada por el tripartito de izquierdas en noviembre de 2017.
La Cruz se levantó en 1940. En 2016 se retiró de ella la mención a José Antonio Primo de Rivera, líder de la Falange, y las placas de esta formación política. Quedan los nombres de los vecinos que murieron durante la Guerra a manos del Frente Popular.
Se trata de un listado que, para el PP (en la oposición) y muchos ciudadanos, "no supone exaltación del franquismo a los efectos señalados por la Ley de Memoria Histórica".
Es, simplemente, la cruz junto a la Iglesia junto a la que se fotografían las parejas cuando se casan o bautizan a sus bebés.
Vídeo de diciembre de 2016, cuando los vecinos lograron que no se retirara la cruz; tres veces han frenado a los operarios y desde hace más de un año montan guardia continuamente junto a ella