Bouchard ha declarado en la prensa que ha vivido una vida de "privilegio masculino" por encima del "techo de cristal", y que después de su "transición" ahora pertenece al grupo oprimido.
"Tengo la ventaja de que he visto ambos lados, he experimentado la marginación, aunque haya gente que diga que no lo he hecho", aseguraba en el National Post.
Pero hay feministas que no están de acuerdo. Denise Bombardier, escritora y personalidad radiofónica, columnista en el "Journal de Montreal", periódico conservador, incluso se atreve a preguntar: "¿Es una mujer trans una mujer de verdad?"
Y denuncia que los activistas transgénero intentan "aplastar la realidad de los dos sexos para imponer una visión asombrosa en la que ya no habría ni hombres ni mujeres".
También se ha manifestado Diane Guilbault, que dejó esta Federación en 2013 y organizó su propio grupo de mujeres llamado "Pour les droits des femmes du Quebec" (www.pdfquebec.org).
Señala que "la experiencia de una mujer que nace mujer es completamente distinta de la experiencia de un hombre que decide un día presentarse como mujer".
Y escribe un artículo con el título "Ser mujer no es una elección" (aquí en francés) señalando que las "mujeres trans" no pueden morir en el parto, ni sufren la menstruación ni pueden quedar embarazadas de un violador, y que "proteger la identidad de género" daña los "derechos de las mujeres".
Las asociaciones provida y profamilia de Quebec han comentado la situación a la agencia LifeSiteNews. George Buscemi, presidente de Campagne Quebec Vie (www.cqv.qc.ca), observa que muy pocas voces han señalado el absurdo de que alguien que es biológicamente varón presida la mayor asociación feminista.
"Hay una especie de educado y avergonzado silencio. Creo que todo el mundo piensa 'esto es ridículo pero no podemos decirlo'", declara Buscemi. Pero cree que son las primeras grietas del choque entre la agenda feminista y la de los activistas transgénero.
Otra activista profamilia, Gwen Landolt, de Real Women of Canada (www.realwomenofcanada.ca) declara en LifeSite, directamente, que en realidad el "cambio de género" no existe y que esta polémica lo señala. "No puedes cambiar tu género, eres como naces. Puedes pensar que eres un cachorrito [véase este caso en Inglaterra] o que eres negro siendo blanco [caso Rachel Dolezal], pero eso no te cambia. Eres lo que eres".
Por su parte, Bouchard, en CTVNews declara que en realidad quién es o su experiencia vital no importan tanto. "Mi papel no es representar mi propia experiencia o identidad, sino asegurarme de escuchar a los miembros de la federación", aseguró.
Ya desde hace unos años hay "estudiosas de género" y líderes feministas que señalan que la nueva definición de mujer en la ideología transgénero ("mujer es quien declara sentirse mujer") puede amenazar todos los avances sociales referentes a la mujer de verdad (la biológica): en esta línea apuntan la feminista radical británica Rebecca Reilly-Cooper (sexandgenderintro.com) o Germaine Greer.
Una autora conservadora que investiga cómo el feminismo se ve socavado por la redefinición de mujer es Erika Bachiochi, del Ethics and Public Policy Center, que escribió sobre esto ya en 2016 en The Public Discourse (aquí en inglés, aquí en español).