Las filiales belgas de la Cruz Roja han recibido un email del Comité Provincial en Lieja que insta a quitar todos los crucifijos de sus instalaciones. Ante las quejas de varios afiliados, André Rouffart, presidente de Cruz Roja en Verviers, ha dicho que ‘se nos llama a respetar los principios de la entidad", a saber, "el respeto a todas las religiones y razas, y la no discriminación entre ellas".
Rouffart admite que algunos voluntarios de Cruz Roja han expresado su enfado por la directiva, pero, según afirma en declaraciones recogidas por 7sur7 y Breitbart, son de poca importancia (una "tormenta en una vaso de agua").
Algunos voluntarios entrevistados por RTL Info lamentan que se modifiquen símbolos y terminologías tradicionales. «Dejemos que las cosas sean como son», clama uno de ellos. «Decíamos vacaciones de Navidad. Ahora, vacaciones de invierno. El mercado de Navidad en Bruselas se ha convertido en los Placeres de invierno».
Otro, sin embargo, se queja de que «para una cierta parte de la población, los musulmanes son la causa de que las cruces fueran retiradas en las casas de la Cruz Roja y, más particularmente, en las casas de Verviers. Y eso no tiene absolutamente nada que ver». Y como argumento aduce que otros símbolos religiosos también están prohibidos en la Cruz Roja local.
Aunque la Cruz Roja atiende muchos refugiados de religión musulmana, recientemente el filósofo Rémi Brague explicaba en una entrevista que ciertos activistas laicistas hacen alusión al islam para combatir, en realidad, el cristianismo y sus signos.
"Algunos «laicoides» sueñan con acabar con el cristianismo, dándole el golpe de gracia que tanto esperan desde el siglo XVIII. Explotan el miedo que mucha gente tiene del islam para intentar expulsar del espacio público todo rastro de la religión cristiana que, justamente, es lo que puede hacer distraer la atención, y que además es la religión contra la que el islam, desde el principio, ha definido sus dogmas", explicaba el filósofo.