La comunidad autónoma valenciana, gobernada por una alianza del PSOE, nacionalistas de Compromís y la izquierda populista de Unides Podem, ha financiado con dinero de los ciudadanos una obra de teatro que ataca groseramente a la Iglesia Católica, presenta una imagen que sugiere que el Papa es pederasta (cartel enorme la fachada del Teatro Principal de Valencia, en el que puede verse al Papa besando a un niño en la boca con ansia) y en general insulta a los católicos.
El título del montaje es «Poder y Santidad». El texto es de Manuel Molins y la dirección de Francisco Azorín, y cuenta con dinero público de la Generalitat Valenciana y de la Diputación de Valencia, ambas gobernadas por los socialistas y Compromís.
El cardenal Cañizares señala la financiación pública
Ha criticado la obra, con nombres y apellidos, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, y no en una mera nota de prensa sino en la homilía del domingo ante la multitud de fieles. La critica por ser «clara violación del derecho inalienable de libertad religiosa». Cañizares quizá dio demasiado nivel a los autores al ponerlos en el mismo párrafo que al filósofo Nietzsche.
«Dios no ha muerto. Tengo que proclamarlo ante el mensaje nefasto de Nietzsche, con tan gravísimas consecuencias para la humanidad y la derrota y ruina del hombre, o el de Manuel Molins y Francisco Azorín en su obra teatral, que financiada lamentablemente por organismos oficiales valencianos, en clara violación del derecho inalienable de libertad religiosa va a ser representada en un teatro de Valencia. Hay que decirlo con toda claridad", aseveró Cañizares.
Piden en tribunales que no se estrene la obra
La Asociación de Abogados Cristianos ha pedido en tribunales la retirada de «Poder y Santidad» por considerar que «ofende a los sentimientos religiosos». Ha solicitado medidas cautelares al Juzgado de Instrucción de Valencia para que «Poder y Santidad» no se estrene.
Además, la organización de juristas denuncia al presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar; al director del Instituto Valenciano de la Cultura, Abel Guarinos; así como al creador de la obra y a su director. La denuncia les atribuye a todos un delito contra los sentimientos religiosos y a los dos primeros además de un delito de prevaricación.
Abel Guarinos es el director del IVAC (Institut Valencià de Cultura), Abogados Cristianos le atribuye un delito contra los sentimientos religiosos
En ese sentido, la organización de juristas afirma en su denuncia que «en el cartel de la pieza teatral se consuman ya los dos delitos denunciados ya que reconoce ir contra la Iglesia Católica y acusa a su máxima autoridad y a la curia romana de pederastia».
Su presidenta, Polonia Castellanos, ha denunciado que «se utiliza dinero público para financiar una obra que ofende a una gran parte de la población valenciana que se declara cristiana».
¿Se haría algo así contra el Islam?
Asimismo, Polonia Castellanos critica que «este tipo de ataques vengan siempre del mismo lado y vayan siempre contra los cristianos» y asegura que «si estas ofensas fuesen contra otro colectivo u otro credo, no serían permitidas».
El diputado provincial de VOX, Joaquín Alés, denunció que este montaje es un «ataque» y una «humillación» y que «muchos valencianos van a ver atacada su esfera privada, su Fe, con su propio dinero», algo «absolutamente repugnante». Añade que los partidos del gobierno de izquierda y nacionalistas «no financiarían estos ataques contra otras religiones como el Islam».
Por su parte, la portavoz de Educación y Cultura de Vox en las Cortes Valencianas, Llanos Massó, ha apuntado que «los ciudadanos, que en general lo están pasando muy mal, no entienden por qué se tira su dinero».
Dinero de todos para insultar y humillar
El Foro de la Familia declara que los ciudadanos “tienen derecho a pensar que la obra es un discurso de odio que agrede a ciudadanos, limitando sus derechos al considerarlos de segunda categoría”.
"La voluntad de defender los derechos y libertades de las familias y los ciudadanos nos lleva a rechazar la utilización de los impuestos de todos los valencianos, especialmente teniendo en cuenta la gravedad de la situación social y económica actual, para sostener iniciativas privadas de carácter ideológico y talante sectario”, dice el Foro en una nota.
El Foro asegura que ha presentado una queja "ante el Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana, defensor de los derechos y libertades de los valencianos, fundamentada en el deber de neutralidad ideológica de las Administraciones Públicas y en la no generación de división y conflictos entre los ciudadanos, con cuyos impuestos se financia esta obra y su hiriente campaña de difusión”.
¿Por qué usan un Papa y no los abusos en Baleares?
Ignacio García Juliá, Presidente del Foro de la Familia, asegura que "no estamos ante una cuestión de censura o de limitación de la libertad de expresión”, porque los autores “son muy libres de expresar sus opiniones, mientras no violen el Código Penal, pero con sus fondos y a su ventura, como hacen miles de empresarios, autores y actores, no bajo el paraguas demasiado generoso de los impuestos de todos los valencianos”.
García Juliá añade que "el autor, si quería tratar el tema de la pederastia tenía ejemplos más cercanos en nuestro país: políticos condenados, abusos a menores por esclarecer en Baleares”, señala, refiriéndose a numerosas menores de edad tuteladas en centros de Baleares bajo gobiernos de izquierdas que se han prostituido sin que nadie parezca responder por los hechos.
García Juliá repite un argumento muy frecuente: “si los diseñadores del cartel se hubieran atrevido a utilizar otros referentes religiosos o sociales, en lugar de utilizar, vergonzosa y torticeramente, la efigie de un Papa”.
"Es un canto al amor libre", dice el director
En la web del Institut Valencià de Cultura (IVC), el director Francisco Azorín dice que la obra es "un espectáculo contra la hipocresía", para "plantear una nueva utopía", que empieza por "derrocar el sistema actual".
Dice que la obra no va "contra la Iglesia de los pobres que tendría que ser. No contra la Iglesia de la Teología de la Liberación. Sí contra el Estado Vaticano y su oscurantismo. Sí contra sus inversiones en paraísos fiscales. Sí contra la curia romana que esconde casos de pederastia. Poder y Santidad también es un canto al amor libre», explica Azorín. No queda claro dónde pone los límites de esa 'libertad' y de ese 'amor'.