El lema se acaba de hacer público: Heavenly Bodies: Fashion and the Catholic Imagination (Cuerpos celestiales: la moda y la imaginación católica).
La gala anual del Museo Metropolitano de Nueva York, que tendrá lugar el 7 de mayo, declara que busca rendir homenaje a las obras de arte religioso y analizar el vínculo que existente entre este y la industria de la moda.
La excusa técnica para esta gala anual es recaudar fondos para el Museo Metropolitan.
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En realidad, se tratará de un escaparate para diseñadores y famosos rivalizando por ser el más polémico o provocador. Forma parte, más bien, de la cultura de la transgresión, no de la cultura del análisis.
Como cada año, Anna Wintour es una de las encargadas de organizar el evento y recibir a todos los invitados, la mayoría amigos de la periodista. Ella, con su posición en la industria de la moda, dictamina los estilismos, establece las directrices de cómo debe ser la gala y elabora la exclusiva lista de invitados.
Ella es periodista, y todo lo hace pensando en cómo aparecerá el acto bajo las cámaras y el papel cuché de las revistas de glamour... o de mero escándalo.
Amal Clooney, la cantante Rihanna y la diseñadora Donatella Versace serán las nuevas anfitrionas al evento, substituyendo a Katy Perry, Pharrell Williams, Gisele Bündchen y Tom Bardy. Entre los nuevos nombres, además de la relevancia de la diseñadora de Versace en el mundo de la moda, cabe destacar la importancia de la cantante de Barbados y su influencia en el mundo de la moda, como icono de estilo y diseñadora de Puma.
Hay que tener en cuenta que la temática no solo influye a la exhibición de obras en el Museo, sino que también determina el código de vestimenta marcado para los asistentes a la gala. Como cada año, los invitados deben vestirse con estilismos que estén inspirados en el tema sobre el que gira la gala. Así, se invita a los diseñadores y famosos en cuestión a intentar asombrar con sus trajes de "inspiración en la imaginación católica" (o de "cuerpos celestiales", que es la otra mitad del lema).
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"Un combo de túnicas papales y accesorios del Vaticano viajarán a los Estados Unidos para servir como piedra angular de la exposición, dada la influencia de las vestimentas litúrgicas en las pasarelas", escriben en Vogue al saberse el tema.
“El imaginario católico está enraizado y sostenido por la práctica artística. Cómo la moda ha abrazado las imágenes, objetos y costumbres sagradas juega un papel en la evolución de la relación entre arte y religión”, declara Daniel H. Weiss, presidente y director ejecutivo del Museo Metropolitano de Nueva York.
“Moda y religión se han inspirado y formado mutuamente”, añade Andrew Bolton, comisario de The Costume Institute. “A pesar de que este vínculo ha sido complejo, e incluso impugnado, ha producido algunas de las creaciones más innovadoras en la historia de la moda”.
Hay quien lo puede ver como una forma de halago al catolicismo: no parece muy probable que se llegue a convocar nunca una Met Gala sobre "la imaginación baptista" o "la imaginación metodista".
La Met Gala de 2017 explicada en Univisión