En la noche del viernes al sábado pasados tuvieron lugar en Rímini unos hechos que han convulsionado Italia. Cuatro hombres de origen norteafricano asaltaron a una pareja en la playa de Miramare: violaron repetidamente a una joven turista polaca de 26 años en presencia de su novio, también polaco y de la misma edad, a quien agredieron golpeándole con botellas en la cabeza. Una vez violada por turno, la mujer fue arrojada a la playa, de donde salió para socorrer al chico y dar la alarma. Ambos se encuentran todavía en el hospital. Posteriormente, los cuatro hombres hicieron lo mismo con una prostituta transexual peruana, quien los habría identificado en comisaría.


Al día siguiente, un joven marroquí de 24 años que trabaja como "mediador cultural" en la cooperativa Lai-momo de Bolonia, que atiende a inmigrantes en la región de Emilia-Romagna, hizo el siguiente comentario en la página de Facebook del periódico local Il Resto del Carlino, que daba la noticia: "La violación es peor, pero solo al principio; una vez entra el pene la mujer se tranquiliza y se disfruta como en una relación normal". La cooperativa le ha suspendido en sus funciones y el comentario, que apenas duró unos minutos en la red social (suficientes para ser registrado y difundido), ha suscitado un escándalo e inquietud social que se añaden a los de la violación misma.

Sobre la significación e implicaciones de hechos como éste ante la continua llegada de inmigrantes ilegales imposibles de acoger, Riccardo Cascioli, director de La Nuova Bussola Quotidiana, ha entrevistado a Souad Sbai, ex diputada del Popolo della Libertà (el partido de Silvio Berlusconi), de origen marroquí y musulmana:
 


"Los emigrantes en los centros de acogida son, en el 89% de los casos, hombres jóvenes. Son muchos, demasiados. Abandonados a sí mismos, para su cultura violar a una mujer cristiana no es un problema. No nos podemos asombrar si suceden cosas como las de Rimini. Pero es un crimen dejarlos así, hay que intervenir inmediatamente". Quien habla así es Souad Sbai, periodista italiana de origen marroquí, ex diputada, presidente de Acmid, asociación de mujeres marroquíes en Italia, comprometida sobre todo en la defensa y ayuda a las mujeres inmigrantes víctimas de la violencia. "El suceso de Rimini es alucinante y lo han empeorado los comentarios del mediador cultural marroquí", contra el cual la misma Sbai ha presentado una denuncia
 

-Sí, hay un silencio increíble al respecto. Y es criminal dejar a estos hombres así. O se les envía de vuelta a casa o está claro que no se les puede tener en los centros de acogida así, sin hacer nada, libres de ir donde quieran y hacer lo que quieran. Está claro que se desahogarán en alguna parte.
 

-Ante todo hay que entender que vienen de una educación según la cual se puede agredir a una mujer occidental. Se lo enseñan desde niños: violar a una mujer cristiana no es un problema. Luego llegan a un país donde la mujer se presenta de manera distinta, en el que nadie explica a estos jóvenes cuáles son las costumbres del país. El que una mujer lleve un traje de baño o una falda corta no significa que se puedan hacer ciertas cosas. Por desgracia, además de esto es necesario reconocer que ya no hay pudor, que hay mucha pornografía, también en los lugares más serios hay anuncios que son obscenos. Y esto manda otras señales que agravan el problema
 

-Además de la necesidad de ser rápidos en decidir si estas personas deben quedarse o ser repatriadas, es fundamental la educación. Hay que impartir cursos de formación obligatoria, incluida la educación cívica, explicar las reglas del país, la cultura, la mentalidad. Además, estas personas ya no tienen ninguna referencia, ni siquiera religiosa, ya no hay esa red de relaciones sociales que en sus países daban apoyo y un código de conducta. En los centros de acogida están abandonados a sí mismos: o acaban en el extremismo religioso, también los menores no acompañados, o viven en manada y entonces puede suceder de todo, también porque hay una mezcla de nacionalidades.
 

-Pongo por ejemplo a los marroquíes: si son 4 ó 5 los que están juntos, es muy difícil que cometan una agresión sexual, porque siempre hay alguien que se resiste y hace desistir a los otros. A no ser que estén radicalizados y se lo ordene un imán. Pero cuando se mezclan distintas nacionalidades, todo les da igual, es más fácil que sucedan ciertas cosas. Y no debemos olvidar, aunque sin generalizar, que circulan las drogas.
 

-No. Los responsables dicen que no pueden mantenerlos dentro. Por otra parte no trabajan, no tienen nada que hacer, algunos vuelven por la noche con dinero y nadie se preocupa de saber de dónde procede.
 

-Es el mismo mecanismo. Están allí un año, dos años y ¿qué hacen? Hace unos días estuve en Sicilia, en un centro para menores no acompañados. Hay 145 menores, la mitad de ellos ya está radicalizada. No porque haya ido ningún imán, sino que son los mismos chicos los que, al no tener nada que hacer, buscan algo. Y han encontrado un imán en Barcellona Pozzo di Gotto que los ha iniciado en el extremismo religioso. Por esta razón el tema de la reeducación es decisivo, la acogida no puede ser sólo facilitar su llegada a Italia. Permítame que sobre este punto añada que también los católicos tienen su responsabilidad.
 

-Cómo gestionar los centros de acogida debe ser, obviamente, un problema que deben afrontar las instituciones; pero en la obra de ayuda cultural, de ayuda a la integración, de educación, los católicos están ausentes. No basta con decir «Venid a Italia», ofrecer comida y vestidos y, tal vez, un techo. Se necesita la educación, lo que hacen los misioneros en tierras lejanas. Ahora hay muchos en Italia y nadie se preocupa. No se puede sólo decir: «Los emigrantes tiene este derecho... y este otro...». No. Porque a esa joven violada nadie le devolverá la felicidad, ha muerto por dentro. ¿Cuántas más víctimas tiene que haber? Es necesario re-educarlos. Hay un caos, pero cuando tiene lugar una violación, todos se escandalizan. Se debe hacer de todo para evitar esto. Y hay que hacerlo rápido.
 

-No podemos permitir este chantaje. La islamofobia es un concepto construido por los Hermanos Musulmanes precisamente para favorecer la islamización. Y hay un peligro aún más grande: tanto entre los diputados como entre los periodistas, sobre todo de la RAI, hay varios que se han convertido al islam, tal vez con dinero de Qatar. Se han convertido a escondidas y están en situación de pilotar la información en favor del islam. Un único ejemplo de estos días. Estaba en España y he seguido toda la información sobre el atentado en Barcelona. Cuando ha habido la manifestación de las 500.000 personas, RaiNews ha ignorado todos los carteles que decían No tengo miedo y ha mostrado a la única chica que tenía una cartel con el lema No a la islamofobia. ¿Entiende dónde esta el problema?
 
Traducción de Helena Faccia Serrano.